domingo, 31 de octubre de 2021

CUANDO LA SANGRE SE DERRAMA EN EL MAR

 Foto: J.X.

¿Qué hacer, cómo moverse y hablar cuando la pena agujerea el corazón, lo atraviesa, pero el alma no está al otro lado del agujero?

Escapar pronunciando un nombre, el más querido.

Huir con cada letra de ese nombre, fluir con la sangre que se derrama y desaparece entre las flores hundidas en el mar. Entre las flores ahogadas, con todos los náufragos desesperados, con todos los ahogados de amor.


sábado, 30 de octubre de 2021

SIN PALABRAS PARA VIVIR

Foto: J.X.

No tiene ni una palabra buena que llevarse a la boca desde hace tiempo.

Así no se puede vivir.

Ya está bien de bromas pesadas, decía una y otra vez.

Esto no es vida.

¿A qué viene tanta desolación, tanto agobio, sin llamar antes a la puerta?

¿Por qué hay que hacer tanto ruido para vivir?

¿Qué significa todo esto? Abriendo y cerrando malos recuerdos, días mortales acuchillando la piel, el corazón.

Tanto grito para nada.

Tanta penuria, tanto abandono, tanta esclavitud. Sin palabras para vivir.

Ramos de flores ardiendo en las esquinas, por todos los rincones.

Tanto desamor reptando en silencio, desembocando en las alcantarillas.

Amor desangrándose en las papeleras solitarias de los cementerios.

Ya no tiene ni una palabra buena que llevarse a la boca, y se da de bruces contra un amor que se desangra en la papelera de un callejón.

viernes, 29 de octubre de 2021

ARRODILLADO EN LA CAMA

 Foto: J.X.


En su infancia se arrodillaba en la cama y rezaba para que Dios no le matara antes de celebrar la próxima Navidad, o la llegada de los Reyes Magos y su maravillosa cabalgata, así como otras festividades cargada de ilusiones y regalos.

Ya de niño, pues, algunas vísperas de fiestas mágicas se sentía más muerto que vivo, y suplicaba ayuda al cielo para vivir otro día más.

Y así fue transcurriendo toda su vida, cayendo y levantándose, ahora de pie, ahora de rodillas. Entre enamoramientos que lo hacían sobrevivir y fracasos que lo derribaban al suelo, haciéndole sentir más muerto que vivo.

Más tarde, ya no había cielo ni Dios a quien rogar, ni nadie a su lado, y todos los días eran víspera de más soledad, como un condenado sin redención, encadenado al vacío.


miércoles, 27 de octubre de 2021

EL MISTERIO DE VIVIR

 Foto: J.X.

No sabremos nunca si murió de tristeza y de arrepentimiento por haber amado demasiado, o por no amar bastante.

Los amigos mejor informados opinan que, en un principio, en su juventud, amó demasiado a quien lo abandonó, y que después, con los años, no amó lo suficiente a quien lo arriesgó todo por él y le quiso el resto de su vida, hasta el sacrificio.

Acaso tampoco él tenga toda la culpa, sino la maldita vida y la maldita muerte, o, dicho de un modo más poético, el misterio de vivir, que destroza a su antojo a los seres vivientes como él, extraviados del mundo que avanzan y retroceden por cuevas y laberintos.

Perdidos, tristes, sin amparo, sangrando más de la cuenta desde el principio.

De la infancia a la vejez, de la inocencia a la culpa y a veces el remordimiento, del amor al odio, de la razón humanitaria al crimen político, del sueño a la locura.

Es la vida, nada más.

Hay heridas tan abiertas y profundas en la memoria que se ramifican por todo el cuerpo, alcanzan el corazón y llegan hasta el alma. Solo la muerte podrá cerrarla.

Maldita vida, maldita muerte, decían algunos.


martes, 26 de octubre de 2021

A POCOS PASOS DE LA SALA DE ESPERA

Foto: J.X.

Del horror al desamparo hay un breve y estrecho pasadizo.

En cuanto uno se da cuenta, ya lo ha recorrido y se encuentra en una sala de espera, totalmente desvalido.

No extiende una mano. Es inútil.

Es la sala de espera del infierno terrenal que a todos nos acoge.

Aunque te arrepientas -de lo que sea-, no hay nadie, ni aquí ni allá, que te pueda dispensar el perdón, la esperanza.

Vivir es así, a la intemperie, sin excusa ni perdón que te lancen un salvavidas.

La trampa es la vida. La sala de espera, el desamparo.

Morir, a pesar de todo, es la única salida, la definitiva salvación, aunque sea ilusoria. El reposo es verdadero.

Sin más reclamaciones por lo vivido y lo no vivido.

La novia muerta no espera al novio que va muriendo. No puede esperarlo.

Pero será el reposo de ambos. Con las últimas flores.


lunes, 25 de octubre de 2021

LAS INFIDELIDADES DE LA MUERTE

 Foto: J.X.

Esperaba a diario en una esquina.

Aquella misma esquina en que esperó en vano a una de sus primeras novias.

Pero ahora ya no esperaba a ninguna novia infiel, ni a nadie de este mundo.

¿A quién esperaba, pues?

Tenía una cita con la muerte, aunque ya tardaba más de la cuenta en acudir a la cita, respondía si alguien le preguntaba.

Ésta no te será infiel como una de aquellas novias, tarde o temprano se presentará, es sólo cuestión de tiempo, añadía uno, bromeando a medias.

La maldita muerte es infiel y caprichosa. Mata a quienes desean vivir, y se demora con quienes prefieren morir, se quejaba otro.

Digan lo que digan, es el desamparo, y todos cojeamos de amor, advierte uno que pasa por la otra acera.

domingo, 24 de octubre de 2021

HERIDAS DE AMOR IMPOSIBLE

 Foto: J.X.

Malheridos de amor imposible, dos novios ruedan por el abismo.

Atraviesan el fondo, abismo abajo, y desembocan más allá, en las profundidades del mar, hasta llegar al último escondite de la muerte, donde los dos novios se abrazan.

Dos novios malheridos de amor, que fueron rechazados por la vida. Dos novios muertos que ruedan por el abismo y llegan al mar.

Dos novios que se abrazan en la muerte, en el último escondite de la muerte.

Esta es la historia de la novia y del novio muertos, que desaparecieron abrazados en las profundidades del mar, escondidos entre los peces, en un bosque de algas y naufragios.


viernes, 22 de octubre de 2021

LA CITA FINAL

Foto: J.X.

La última frase: Piensa en mí. Unas lágrimas que no se pueden ver, derramadas entre las diez letras. La última palabra, rota en varios trozos. Un vacío detrás de la última sílaba. El último susurro. El último gesto. La última mirada. El último espanto. Todo se acurruca en el último silencio, que se aleja. La mano le cierra los ojos. El último beso, solitario, labios muertos. La última piel, solitaria para siempre. Las últimas flores de la ventana.

La última vez.

Cierras los ojos. Ya no la verás más.

Abres la puerta, sales de la muerte, bajas la escalera blanca de los extraviados, ya estás en la calle.

Se desangran los días vividos, gotean sobre un círculo del suelo, en un rincón, y empapan la memoria. 

La sangre abre un surco en el mar y se pierde en el horizonte.

Comienzan las otras flores, la otra muerte.


jueves, 21 de octubre de 2021

EN APUROS

Foto: J.X.

Cuando estés en apuros y ya no puedas decirlo. Cuando ya no puedas hablar, no te acurruques en casa, entre cuatro paredes demasiado vistas.

Sal a la calle, con el silencio a cuestas, mira hacia arriba y cuenta las nubes. Admíralas. No te defraudarán.

Y si las nubes se han fusionado y está nublado, distingue en el cielo un gris de otro, ponte las manos en los bolsillos y toca el amuleto que te dio una adivina, generosa y delicada con tu infancia. No lo olvides nunca: te lo dio con amor a cambio de nada.

Guarda la memoria de esas buenas personas que no envenenaban la vida.

Y ama las flores maltratadas en las papeleras de la ciudad.

Recuerda todo esto..., cuando estés en apuros y no puedas hablar.


miércoles, 20 de octubre de 2021

EL MOMENTO

 Foto: J.X.

Llega un momento en la vida en que debes pararte.

Es ya tiempo de atender al trabajo que la tristeza está haciendo en ti.

Iluminar y ordenar la ferocidad o la placidez de las heridas (también suele haber heridas plácidas en las esquinas de la desolación).

Acudir al trabajo de la tristeza, sin un horario fijo ni un límite determinado. Pactar con ella los horarios de luz y tinieblas.

El cuerpo será la oficina que amenace ruina y donde se experimente el método de trabajo de la tristeza.

En el alma, en lo que resta de ella, se ocultan las últimas flores.

Están esperando. No te preocupes. No te abandonarán.


martes, 19 de octubre de 2021

CORTARLO

Foto: J.X.

Córtalo. No digas nada más.

Simplemente, córtalo.

No añadas ni una sola palabra más.

Córtalo, y que el silencio hiera y revele la herida de este vacío, sin sonido.

No digas ni hagas nada más. Hay que cortarlo.

Como si estuvieras muerto.

Córtalo, y que sangre con las últimas flores.

Que ellas, las últimas flores, hagan signos por ti, como si estuvieras muerto, y todo el mundo se amara a tu alrededor en un sueño, y te sonrieran, delicados, mientras se derrama la sangre de lo cortado.


lunes, 18 de octubre de 2021

MUERTOS DE TRISTEZA

 Foto: J.X.

Nadie se lo explicaba, nadie entendía cómo había podido alcanzar aquella plenitud amorosa, pese al desastre de su vida.

Cómo pudo alcanzarla desde su propio aniquilamiento.

De ahí su tristeza posterior, sin duda..., cuando sucedió lo irremediable, aquel silencio, aquella muerte.

Esa tristeza que no se acaba nunca. Interminable.

Por eso decimos a veces que estamos muertos de tristeza.

Porque también los difuntos están desconsolados, tristes por el olvido en que se les tiene, tan tristes como los vivos, aunque no puedan decirlo, aunque no puedan llorarlo.

La muerte no acaba con la tristeza infinita.

Los días en que el difunto no está triste gracias al aroma de unas flores, lo está quien se duele y lo llora.

Pero siempre es la tristeza.

La tristeza de los muertos bebe el néctar de las últimas flores, de todas las últimas flores que los vivos les enraman en el sueño que junta las sangres.


domingo, 17 de octubre de 2021

SUPLICATORIO DENEGADO

 Dibujo: Judith Xifré, El ramo marchito

Por favor, suplicó, quiero ser feliz, sin sufrir.

Todo el mundo lo oyó. En vano.

Continuaron arrojando desgracias sobre él, mal y bien empaquetadas, pero más punzantes cada vez.

Lo hacían por divertirse, por capricho, como distracción de sus vidas aburridas.

Una mañana lo encontraron tumbado en la cama, derramándosele por el brazo unos hilillos de sangre que semejaban las ramitas de un ramo marchito.

Al enterrarlo, acudió al cementerio solo una novia que también lo había abandonado en otro tiempo, y lloró. Se había enamorado y había querido a aquella desgracia de ser desnudo, que pedía ser feliz sin sufrir. Ella no pudo soportar aquella enorme carga de inocencia. Hoy lloraba por él con las últimas flores.


sábado, 16 de octubre de 2021

DE UN LUGAR A OTRO DE LA VIDA

Foto: J.X.

No se fiaba de los vivos y confiaba en los muertos.

Tal vez por eso no se sentía cómodo en ningún lugar, entre los vivos.

Iba de un rincón a otro de las casas, de los bares. Cambiaba de sitio una y otra vez, pero todo era en vano, pura incomodidad. No había ningún lugar que fuera cómodo para él.

No quería hablar con nadie, no quería estar con nadie, ni siquiera en silencio. Si le preguntaban por la causa de tanto mutismo, se limitaba a decir que tenía el corazón mal embastado y el alma hecha jirones: imposible hablar en tal estado de fragilidad interior.

Sin embargo, había un vacío, un espacio yermo en su cuerpo, entre el corazón y el alma, donde crecían unas flores.

Unas flores desconocidas para los vivos, cuyo aroma a menta refrescaba el silencio de su boca y lo hacía más cómodo para él y para los demás, aunque apenas abriera la boca. Por fin, algo de comodidad en su vida, como si fuera un silencio mentolado, diría alguien bromista.

Toda su vida fue como un niño que necesitaba amar y ser amado sin hacer daño, sin dominio ni maltratos, sin humillaciones ni abandonos. Pero las contradicciones de la vida le dañaron, y él a su vez también dañó. No soportaba vivir con tanto daño. Un día le revelaron que en el trato con los muertos se puede amar sin hacer daño, le ofrecieron un ramo de flores desconocidas y lo invitaron a irse con ellos. Se amarían a escondidas de los vivos, en refugios de flores cuyos pétalos olían a menta.



viernes, 15 de octubre de 2021

EN UN LUGAR REMOTO

 Foto: J.X.

Cuentan que una mujer difunta le hirió de muerte.

Por lo común, son los vivos quienes matan. Pero también se han dado casos extraordinarios, a lo largo de la historia y en lugares remotos, en que un muerto o, en este caso, una muerta enamorada, se adentraba en el sueño de un ser vivo que la había humillado y ofendido al convivir con ella.

Una vez dentro, la muerta le cortaba el corazón con los cuchillos oxidados de la memoria, infectándole cuerpo y alma. Acabó con él entre las diez y las once de la noche (la hora preferida para matar de amor, según cuentan).

En este caso extraordinario, ocurrido en un lugar remoto, cuentan que la historia fue así, tal como la cuentan: un amante, que había amado poco en vida, más tarde moriría de amor por esa misma mujer que murió por falta de delicadeza. 


miércoles, 13 de octubre de 2021

UNA HISTORIA DE AMOR EXTRAORDINARIA

 Foto: J.X.

Entra en el bar, se sube a una silla con una botella de cerveza en la mano, y comunica a los presentes que sigue estando vivo.

Pese a tener el corazón magullado, casi muerto, puede seguir hablándonos, dice, porque tiene un trozo de alma vivo. El resto del alma lo perdió de mala manera por las calles oscuras de la vida y el amor, pero aún le queda un trozo vivo de alma.

Con ese trozo de alma puede entrar aquí, en este bar, pedir una cerveza, subirse a una silla y declarar su historia de amor, esa historia que le dejó el corazón magullado, casi muerto.

Pero hoy no quiere explicar nada más.

La historia de amor dice que nos la contará otro día. Ya se sabe que las declaraciones de amor se hacen esperar, y más cuando son extraordinarias, añade, misterioso.

Pero antes de que llegue ese día, hay que hacer una advertencia amarga, trágica, añade, doblemente misterioso: morir de amor no compensa a nadie, ni al ser querido que ha muerto, ni a quien muere de amor por él. 

Otra advertencia: es muy duro morir o intentar morir de amor, lo advierte un suicida frustrado en varias ocasiones. Lo salvaban tantas veces como intentaba morir por un amor imposible.  

martes, 12 de octubre de 2021

APEDAZADO, DESPEDAZADO

Foto: J.X.

Apedazado y muerto, sí, pero no dice el qué, lo que tiene apedazado y muerto.

¿El corazón?, ¿el alma?, ¿qué tiene apedazado?

Los pantalones, no, que lo veríamos, dice uno, bromeando.

Tal vez sea un bolsillo, y no lo podemos ver, sugiere otro.

Tengo apedazado..., no, despedazado, esto, aclara al fin, sonriendo de mala gana y señalándose la parte de atrás.

Es decir, apedazada o despedazada la parte impronunciable -para entendernos menos-, añade otro, sofista.

Apedazada, no: despedazada, repito. Tengo el corazón desgarrado y el alma enferma desde que la realidad me violó la parte de atrás y me dejó hecho un cadáver, medio descuartizado. Desde entonces, que Dios me perdone, pero todo el cuerpo, los ojos, el alma, todo me llora por detrás. Los que estamos marcados, sufrimos y lloramos por detrás, por la herida mortal que abrió la realidad. Despedazados, muertos.

lunes, 11 de octubre de 2021

LOS TRAPOS MISTERIOSOS DE LA INFANCIA

Foto: J.X.

Le gustaba hablar con la vendedora del kiosco de las flores y le compraba un par de rosas blancas.

Desde la infancia, contaba él, tenía un trapo manchado de sangre y amor incrustado en el alma.

El trapo se había ido deshilachando en el alma y algunos de los hilos, húmedos aún de sangre y amor, se ramificaban hasta dentro del corazón, como si formaran una enredadera cuyo tallo trepaba del suelo de la infancia para entregar mensajes al corazón. Para abrir y descifrar flores secretas del alma al corazón.

Las madres y las que no eran madres utilizaban esos trapos, esos paños, los lavaban y los volvían a utilizar el mes siguiente.

No había más remedio que hacerlo así, respondía ella.

Eran los trapos misteriosos de aquella infancia de posguerra, decía él.

Una larga, interminable posguerra, con la vida racionada en todo y por todas partes. Playas con botellas rotas en la arena, pies heridos por los cristales, trapos y seres amputados tomando el sol y nadando entre manchas de petróleo y aceites y basuras de las cloacas que desembocaban en el mar. Pero era verano, a pesar de todo. En invierno aún era peor, con el frío y las restricciones eléctricas, añadía él.

Eran heridas mortales de aquella guerra fratricida, tiempos en que hubo muchas novias y novios muertos en los campos de guerra y en las ciudades bombardeadas, muriendo también de miseria y enfermedad como tanta otra gente, recordaba la vendedora de flores para las novias muertas.

Él respondía que las flores marchitas que tenía en el balcón de su casa, guardaban el recuerdo de muchas de esas heridas mortales.



sábado, 9 de octubre de 2021

PAPEL ENCONTRADO ENTRE LAS HOJAS DE UN LIBRO DE HAFIZ

 Foto: J.X.


Se lo habían dicho de joven, muchas veces: “Vayas adonde vayas, siempre serás una extraña, mal recibida.”

Su cuerpo se fue resecando, cada día más puro hueso y piel. Se alimentaba como podía y vivía con pocas palabras.

Andaba de un sitio a otro como si arrastrara una bolsa de trapos viejos.

O como si un trapo viejo le hubiera entrado en el alma en busca de refugio, también él, el trapo viejo, buscando un lugar en su corazón.

Tenía el cuerpo reseco, pero no había perdido la ternura.

viernes, 8 de octubre de 2021

OTRA FLOR, TAL VEZ

Dibujo y foto: J.X.

La muerte no la raptó en seguida.

Estuvo más de un año yendo de ronda con ella por calles, plazas y hospitales.

A la muerte le gusta jugar a los equívocos, esperar y desesperar a las víctimas del juego, merodear con ellas, engañarlas, antes de que la saliva y otros líquidos se escapen del cuerpo sometido a su dominio.

Prolongar las noches de ronda y dolor, hasta que finalmente se terminen la ronda absurda y los juegos de azar, y sea raptada la víctima propiciatoria, una de las escogidas para hoy.

Fue así como la raptó a ella y se la llevó con los ojos abiertos, mirando sin mirar, envuelta en cenizas y flores, mar adentro, pero otro mar, a las profundidades de un mar desconocido.

Del alma, nadie sabe nada, ni dónde se ocultaba entonces, ni dónde está ahora, desaparecida en algún abismo del mar o en la luz intermitente de una cita en el espacio. Seguramente una cita tan falsa como en el caso de algunos enamorados, en ningún lugar.

En ningún lugar. O, tal vez, aguardando la llegada perfumada de una flor. La cita, tal vez, de otra flor, una flor, la misma flor. Aquella cita imposible, trágica, de unos enamorados que mueren de amor, con una flor despellejándoles los dedos hasta sangrar. 

Toda la tristeza del mundo se acumula en las viejas paredes en que se apoyan las citas imposibles.


jueves, 7 de octubre de 2021

EL CONTAGIO DEL AMOR

Foto: J.X.

La serpiente de la culpa se introdujo dentro de él y le devoró las entrañas.

No podía devorarle el alma, pero la mordisqueaba, infatigable, en cuanto tenía la menor ocasión.

Con las entrañas comidas y el alma mordida, no le resultaba nada fácil continuar viviendo como si estuviera entero por dentro.

Un día apunté en un cuaderno una de sus confesiones: “Todos vivimos bajo el principio del horror. Pero todo horror es distinto a medida que crece y se contagia de amor. De tal manera que uno, contagiado, puede morir a causa de él, de ese amor que acaba por matar al horror en que uno se ha convertido.”

Tan solo mucho tiempo después, al vivir algo semejante, entendí aquella frase, su profecía. Me conmovió imaginar días de horror contagiados de amor. Sobre todo, ya entonces me intrigó el verbo “contagiar” relacionado con la palabra amor y sus efectos letales sobre el horror. Hay cosas que se comprenden demasiado tarde.

Los puños y los cuellos de las camisas, con el paso del tiempo, se deshilachan, como los puños y los cuellos de los cuerpos de la vida diaria.


miércoles, 6 de octubre de 2021

SIEMPRE AQUEL PESO

 Foto: J.X.

Siempre aquel peso. Encima, alrededor.

Le atormentaba por delante, por detrás, por todos lados.

Le pesaba tanto en la mirada que no podía ver lo que miraba.

Y lo que veía, no lo sabemos, pero él decía que le pesaba hasta un pesar insoportable. De modo que con ninguna ayuda, aunque fuera amorosa, podría sobrellevar aquello que tanto pesaba, le confesaba a su amigo más íntimo, que tempoco podía ayudarlo.

Era como si hubiera vivido muchas noches de ronda con la muerte, hasta la extenuación.

Por eso pesan tanto la tristeza y la ausencia de los nombres queridos, de los lugares felices, que la muerte ha rondado noche enteras, demasiadas noches, como un león rondando a un ciervo, hasta capturarlo y devorarlo, se lamentaba.



martes, 5 de octubre de 2021

NO DIGAS NADA MÁS

 Foto: J.X.

Cada palabra, una nota musical que se desangra del corazón.

No digas nada más.

Escucha la melodía desolada, cómo gotea acompasada con la sangre del corazón, que se derrama por las casas y las calles.

No digas nada más, y escucha cómo gotea. Son las últimas flores de la novia muerta, la última sangre cuyo goteo jamás podrás olvidar mientras no te quedes sin palabras y, por fin, también te desangres.

domingo, 3 de octubre de 2021

MEDIDA INFANTIL

Foto: J.X.

Consumido por el vacío que acumulaba en torno y dentro de sí, fue reduciendo de tamaño.

En las tiendas de ropa no tenían prendas de su talla, y él, por su parte, no se atrevía a pedir una talla más pequeña todavía, una talla infantil.

Lo que no menguó de tamaño, sin embargo, fue el peso de su alma, cada vez más cargada de culpa y llena de sangre de los cortes que una hoja de afeitar infligía a su corazón.

Cuando murió, el tamaño de su cuerpo cabía en un ataúd pequeño, blanco, infantil.

En cuanto al alma, nadie sabe -ni los ángeles- qué fue de ella, si pudo sobrellevar o no la carga de tanto peso y remontar el vuelo. Ni si continuaban sangrando, a pesar de la muerte, aquellas incisiones abiertas por una hoja de afeitar en el corazón.

Compartir la vida. Compartir el peso. Compartir la muerte. Compartir el vacío. 


sábado, 2 de octubre de 2021

A DOS O TRES PASOS

 Foto: J.X.

Lejos de todo, desvalido. con todos los caminos extraviados y la mirada puesta más allá, tenía la muerte muy cerca, a dos o tres pasos, lo que se dice tenerla a mano, a la vuelta de la esquina.

Aunque deseaba traspasar la realidad y llegar al otro lado, no acababa de decidirse a dar esos dos o tres pasos necesarios para alcanzarlo. Lo iba aplazando.

De tal modo que así fueron pasando los años, en la encrucijada del límite, siempre a punto de franquearlo y siempre aplazado.

Hasta que un día recibió un fuerte empujón por detrás, tan brutal que de una zancada cruzó la distancia de esos dos o tres pasos, dobló la esquina a trompicones y desapareció de la vista.

En la esquina por donde había desaparecido, encontraron más tarde en el suelo, junto a una alcantarilla, una chaqueta con una violeta mustia bocabajo en el ojal. Un amigo íntimo confirmó a la policía que era la misma violeta mustia que solía llevar, bocabajo, en los ojales de chaquetas y americanas. Era, pues, no cabía duda, su chaqueta y su flor invertida.

Esta violeta mustia, invertida en el ojal, era el único rasgo distintivo de su identidad, el testimonio misterioso de sus pasos, de sus traspiés por la faz peligrosa de la tierra.

viernes, 1 de octubre de 2021

CON LA MUERTE EN LOS OJOS

Foto: J.X. 

La muerte, al capturarla a ella y llevársela, aprovechó para raptarlo a él en vida.

De modo que la visión de él, al mirar a cualquier parte, tuviera siempre un velo oscuro que le impidiese ver los instantes de la vida. Estaba en la vida, pero situado fuera, mirándola sin verla, desde abajo. 

Los servidores de la muerte lo habían encapuchado, bien amordazado y atado a una silla. No sabía dónde estaba, en qué lugar, en qué sótano de la tierra transcurrían sus días oscuros.

Le habían puesto la muerte en los ojos.

Lo mantuvieron así, con vida, pero con ese velo de muerte en los ojos, secuestrado en los sótanos de la tierra.

Tenía la muerte en los ojos.

Una noche, sin embargo, dos flores marchitas se transparentaron en la pared, iluminando el sótano unos instantes. 

A partir de aquella noche, en la muerte de sus ojos había una luz imperceptible, una luz que no podían adivinar los servidores de la muerte que lo vigilaban.