sábado, 25 de mayo de 2024

GRAFITI DE LAS ÚLTIMAS PALABRAS

 Dibujo: Roc Espinet


Dos espectros grafiteros escriben en las paredes del Callejón de las Almas Perdidas, una y otra vez grafitean.

--M'hauria agradat fer-te més llum, donar-te més flors, deixa'm morir per tu. / Me habría gustado darte más luz, ofrecerte más flores, déjame morir por ti.

--Ja has fet prou. Abraça'm, encara que tingui el cos maleït per la mort, abraça'm i no diguem res més. / Ya has hecho suficiente. Abrázame, aunque tenga el cuerpo maldecido por la muerte, abrázame y no digamos nada más.

Las palabras se vuelven flores marchitas y se desprenden de las paredes, como un ramo de boda arrojado al mar. ¿Quién estornuda? La muerte pilla un resfriado y se esconde en un portal del Callejón de las Almas Perdidas. Encuentro una flor en la última sílaba de tu nombre grabado en la pared. Unas manchas rojas en los pétalos. ¿Gotas de sangre amorosa?

Respirar profundamente, aquí, en este silencio donde nadie respira, y donde se agitan las gaviotas en defensa de sus nidos, en lo alto de los muros, mientras dudas si rozar o no los pétalos de sangre de las novias y los novios muertos. No dudas más, y rozas con los dedos esos pétalos ensangrentados y muertos de amor, en el Callejón de las Almas Perdidas.


viernes, 24 de mayo de 2024

LA ESCLAVITUD DEL ALMA

Foto: J.X.


No era un desgraciado cualquiera, como algunos murmuraban. Era la desgracia en estado puro, eso sí. Pero no un desgraciado cualquiera. Tenía el alma clavada en el suelo, en perenne esclavitud, y, en tal posición espiritual, recibía las pisadas de los transeúntes. Salvo raras excepciones, la pisoteaban sin darse cuenta, o le tiraban un escupitajo, un papel o un chicle. Era el callejón de las almas clavadas, en el cual todo estaba permitido, incluso orinar encima de ellas. Sin darse cuenta, por supuesto, ya que dichos transeúntes no eran clarividentes y no podían saber la cantidad de almas clavadas que estaban allí, a flor de suelo, esclavizadas, como la suya. ¿Durante cuánto tiempo permanecerían aún clavadas en el suelo? Ninguna de  esas almas condenadas lo sabía, y mucho menos la de él, que no tenía el don de la palabra justa, exacta, y cuando la encontraba ya era demasiado tarde para responder, para rectificar el silencio y salvarse. Sea como fuere, todas ellas compartían la desgracia en estado puro, y no eran unas cualesquiera por haber caído tan bajo, a nivel de suela de zapato o escupitajo, sino unas almas clavadas en el suelo como solitarias flores callejeras que han perdido la belleza, consumidas, y nadie las reconoce.



sábado, 18 de mayo de 2024

CONFESIÓN PÚBLICA DE AMOR EN EL BAR

 Foto: J.X.

Entró en el bar y, una vez más, se subió a una silla y anunció: “No acierto con la palabra mágica que abriría la cueva del tesoro. Ella y el tesoro se esconden tan bien, que no me será dado encontrarlos, ni al tesoro ni a ella, a la novia muerta. Me declaro en fracaso total, pero debo seguir. La barca del amor se resquebrajó en el vacío, mucho antes de que chocara y naufragase en la vida cotidiana. Sin embargo, no me hundí con la embarcación, soy un náufrago agarrado a un pecio, una puerta de madera que va y viene por las aguas profundas, a la deriva. Debo seguir aquí, avanzando en el naufragio, en busca de la palabra mágica, dejándome llevar por las olas, soñando a la desesperada para que el amor no se pudra en el corazón, y ella pueda ser rescatada viva en el sueño, entre las aguas profundas.

Gracias por escucharme, y recuerden, quienes puedan amar, que éste es un lamento de amor por la novia muerta. Muchas gracias.”

Se bajaba de la silla y salía del bar. 

jueves, 16 de mayo de 2024

CANTO INAUDIBLE

 Foto: J.X.

Qué más queda por decir, qué más queda por escribir en la piel viva sostenida por la piel muerta, que vive debajo. Entre piel y piel, refulge un claro de luz perdida. El mal se purifica en el mismo arroyo de donde ha salido. Se consagran vida y muerte de las dos pieles en una sola piel, y ambas celebran el sacrificio haciéndose canto inaudible en el escondrijo de piel terrosa, despellejada. Qué más queda por decir, qué más queda por escribir: dos cadáveres rozándose los huesos, sin labios, intentando el beso.


sábado, 11 de mayo de 2024

HOGAR, DULCE HOGAR

Artesanía y foto: Judith Xifré




Llevaba un lápiz gastado, pero bien afilado, en el bolsillo de su camisa, a la altura del corazón, con la esperanza de que un día, el lápiz, aprovechando un accidente, una caída, le atravesara el corazón. 

Pero en vano esperaba que aquella punta afilada se le clavase en el costado del corazón y lo desgarrara de parte a parte, como una flecha envenenada de la selva.

No tenemos casa, ya no tenemos aquel piso de alquiler”, le dice el vagabundo a ella, a la novia muerta que lleva dentro, oculta, como si ella, a falta de casa, hubiera ocupado su alma de vagabundo, espacio mal construido desde el principio, desde la infancia, mal ordenado. Habitable, pese a todo, responde ella, furtiva, instalada en aquel lugar inhóspito de su alma de vagabundo.