I
Esta noche sonará por las calles un blanco spirituals para Félix Grande.
Música Amenazada, Blanco Spirituals, poemarios que nos abrieron un mundo poético a los que
queríamos aprender "el oficio de poeta", como diría
Pavese.
1964,1965, la realidad española empujaba a "escribir los versos más tristes" y airados, hoy diríamos "indignados".
Como los poemas de Blanco Spirituals, unos poemas con las palabras malheridas por la realidad, cicatrizadas mediante la música y la literatura, cuando la memoria se hace poema, "música amenazada", como escribía Félix Grande.
1964,1965, la realidad española empujaba a "escribir los versos más tristes" y airados, hoy diríamos "indignados".
Como los poemas de Blanco Spirituals, unos poemas con las palabras malheridas por la realidad, cicatrizadas mediante la música y la literatura, cuando la memoria se hace poema, "música amenazada", como escribía Félix Grande.
II
Con
un grupo de amigos, jóvenes artistas airados y sin futuro, fuimos a visitar al
poeta Félix Grande y a su compañera Francisca Aguirre (que descubriríamos más
tarde como una gran poeta también), en una casa del Maresme, de Barcelona, en que otros dos amigos habían
alquilado una casa, la actriz de teatro Beatriz Lahoz y Manuel Herrero, traductor y escritor que más tarde traduciría Las criadas, de Jean Genet.
Félix
Grande, aquel año (1965) acababa de ser galardonado con el Premio Guipúzcoa de Poesia por su libro Música amenazada, ex aequo con Gloria Fuertes por su libro Ni tiro, ni veneno,
ni navaja, (ambos serían publicados por José Batlló en la colección El
Bardo).
Recuerdo cómo Félix Grande, aquella mañana de
verano, en la terraza de la casa, tocaba a la guitarra
una y otra vez la melodía de Juegos prohibidos que había popularizado Narciso Yepes.
Un
año después, en 1967, Félix Grande publicaría Blanco
Spirituals, Premio Casa de las Américas.
Hasta hoy, siempre escribiendo.
Hasta hoy, siempre escribiendo.