miércoles, 29 de septiembre de 2021

TRES HACHES Y LA SANGRE

Dibujo: J.X., "El ramo marchito"

Un dedo de hielo horada los huesos.

Hielo. Horadar. Huesos.

Con las tres haches (H) clava el corazón en los tallos de un ramo marchito.

Es la sangre de las últimas flores la que se derrama fuera del sueño y mancha las sábanas.

martes, 28 de septiembre de 2021

NO ERA UN SUEÑO

Foto: J.X.

Hay serruchos nocturnos que no surgen del sueño, sino que vienen de detrás de una pared de la habitación, y cortan el cuerpo y el alma en dos mitades.

Al despertar, ¿cómo levantarse de la cama, pisar el suelo y vivir?, ¿cómo seguir viviendo si no era un sueño el descuartizamiento y comprobamos, al palparnos, que realmente tenemos el cuerpo y el alma divididos en dos mitades?

Todo es un juego macabro. Acostumbrados a la muerte, ya ni siquiera nos horrorizamos.

lunes, 27 de septiembre de 2021

LA IMPOSIBILIDAD DE AMAR

 Foto: J.X.

Quería amar y ser amado.

Pero como no soportaba los días de fiesta ni los días laborables, transcurrió su vida en soledad, una soledad extrema de insecto casero. Sin ser amado, y, por dos veces, amando demasiado tarde.

Cuando se ahorcó en el bosque, acompañado de pájaros, arañas y algunas liebres, llevaba en el bolsillo un libro en miniatura con veinte poemas de amor y una canción desesperada.

Esta miniatura de libro, alargada, rectangular, tenía unas estrellas dibujadas en la cubierta.

Colgado de un árbol del bosque, y sepultado por dos hermanas a toda prisa, las últimas flores sellan sus labios resecos, sedientos, envenenados de amor imposible.


sábado, 25 de septiembre de 2021

DOS NOVIOS VIUDOS

 Foto: J.X.

El novio de la novia muerta dobla una esquina y tropieza con un desconocido, que resulta ser -como sabrán después de las primeras disculpas por la torpeza de ambos-, otro novio de una novia muerta.

Primero se miran a los ojos. Les sorprende la tristeza de cada uno en la mirada. Una desolación semejante. De ahí tal vez ese arrastrar los pies, esa torpeza con que andan por la calle, se dicen el uno al otro.

Sonríen.

Ahora ya comparten palabras de duelo. Recuerdos de encuentros y desencuentros amorosos. La soledad. La tristeza y la últimas flores.

Una flores que, sin embargo, nunca se marchitan, dicen. Porque son las últimas flores.

Desde entonces, desde que los dos novios viudos comparten la ternura y las últimas flores, se ha mantenido el amor imposible de ambos y la presencia perfumada de las dos novias muertas.


viernes, 24 de septiembre de 2021

OTRA PALABRA

 Foto: J.X.

Sin embargo, otra palabra, aún.

Incrustarla en el espacio que media entre las últimas flores y el vacío. Como si esa otra palabra -una palabra más escrita aquí- se abriera como una penúltima flor incrustada en el espacio del vacío.

La última aún no. La última flor, la última palabra, aún no.

Otra palabra, otra flor, otra mañana.


martes, 21 de septiembre de 2021

VIDA DESCOMPENSADA

 Foto: J.X.

Confesaba que tenía una vida descompensada.

Un caso extraordinario: le pesaba más el alma que el cuerpo.

La entrañas se resentían de tal desequilibrio, los huesos crujían horadando la carne y casi la piel, la venas se rasgaban al menor roce.

La vida, así, bamboleándose sobre el abismo, se le escapaba cada vez más.

Pero hubo un día en que el peso de su alma empezó a enfermar. Se convirtió en un peso enfermizo, más herido. El peso del alma sangraba, de modo que la sangre del alma se confundía con la sangre del cuerpo.

Le parecía que ambas, las dos sangres, se derramaban calle abajo, hacia la infancia. 

En su rostro y en la mirada se reflejaba este desgarro interno, caótico. Como si tuviera el alma lacerada y atada en la cruz astillada de las entrañas.

lunes, 20 de septiembre de 2021

TUBO DE PASTA DENTÍFRICA

Foto: J.X.

El tubo de pasta dental que ella trajo en su neceser de hospital, ahora él se lo guarda en el bolsillo para devolverlo a casa y poder besar después a la novia muerta.

Besará esos restos de pasta dentífrica conservados en el tubo retorcido, ligeramente retorcido, presionado con suavidad por el azul venoso de las manos frágiles, transparentes, casi cristal, de la novia muerta.

Un resto de amor en los labios.

domingo, 19 de septiembre de 2021

SANGRE EN LA CALLE

 Foto: J.X.

Sangre en la acera, en la calle.

No son gotas de mi sangre. La mía la he perdido en otros lugares. La he derramado en otras calles, en otras casas.

Sangre de un cuerpo indefenso. Gotas de sangre de un alma desvalida, atacada, caída.

El mundo es todo sangre derramada.

Perdida gota a gota, escurrida de los brazos, de las piernas, de las entrañas, venas abiertas, sangre derramada, infinita.

sábado, 18 de septiembre de 2021

CAMPANAS DE BODA EN EL CEMENTERIO

Foto: J.X.

Acompañado de música barroca, ha tenido lugar en un sitio recoleto del cementerio, sin visitantes de aquí ni turistas accidentales, un casamiento, un matrimonio entre una novia y un novio muertos.

Un amigo solitario de los novios, el único testigo de la boda, ha llevado una botella de champán y tres copas de cava para hacer un brindis bajo los cipreses, en la denominada Isla II del cementerio.

Donde ambos ya descansan después de la ceremonia y del brindis con este amigo solitario que ha hecho de testigo, mientras sonaban campanas de boda en el cementerio.

viernes, 17 de septiembre de 2021

QUEDA ALGO MÁS

Foto: J.X. 

¿Aún no te has caído de la penúltima sílaba de la última palabra?

Ya no te queda más que una sílaba, la última, para aplazar la caída.

No es así, respondió. 

Me quedan, en realidad, las últimas flores de la novia muerta, que me sostienen sobre el vacío.

Son las últimas flores del balcón, que están a mi lado desde el primer día que sobrevivimos al desastre, a la tristeza, escapando al vacío que muere en la calle.

Aquel día no hubo más palabras

sábado, 11 de septiembre de 2021

EL LARGO APRENDIZAJE DEL QUERER

 Foto: J.X.

Fatigada, muy gastada por la vida, explicaba que venía de un extravío amoroso.

Siendo joven, lo había apostado todo a un amor.

Pero al cabo de unos pocos meses aquella apuesta arruinó su juventud para siempre.

Tenía un tesoro de amor oculto que, al abrirlo por vez primera, se desparramó por el suelo y fue engullido por las tinieblas. Desde aquel primer día, ya no supo abrir nunca más ese tesoro de amor que ocultaba y que se desparramaba y se perdía al abrirlo. Se extraviaba su amor, se extraviaba ella.

Creía que se iría recuperando mediante el sueño y la imaginación artística, pero la recuperación real se llevó a cabo mediante una operación quirúrgica de urgencias, a vida o muerte, una noche de invierno.

Una vez curada, sin embargo, con las dificultades del día a día, volvió a recaer. Había tenido una recuperación breve, efímera, como todo en su vida.

Por fortuna, el amor de una persona la salvó del extravío callejero, de la perdición definitiva. Ella creyó que podría corresponder. Lo intentó, pero fue en vano. Volvió a callejear, a perderse en sus extravíos, hiriendo mortalmente a quien estaba a su lado, la cual, queriéndola pese a todo, se enfrentaba a la ruina, a la decadencia de aquel amor.

Ella no sabía corresponder. No podía volver a querer: había desparramado para siempre su tesoro de amor en una puesta arriesgada, en su juventud. Ni siquiera restos amorosos le quedaban de aquella puesta. Lo había perdido todo. Confesaba a una amiga que a veces se sentía como una puta barata de los barrios bajos, como una muñeca manoseada y destripada por groseras manos. 

Sin embargo, quien estaba a su lado aguantó (pese a estar también malherida de amor), la mantuvo enlazada con la vida, con el futuro, no dejó que se extraviara para siempre calle abajo, la agarró de un brazo y, una vez más, la salvó de caer hasta el fondo del precipicio.

Ambas -ella y quien estaba junto a ella- recuperaron la dirección de su destino, un lugar de luz en el horizonte. Dejaron atrás, por fin, todos los atajos que conducían al camino de perdición, y envejecieron juntas en un claro del bosque.

Pasado el tiempo, quien estaba a su lado murió, y ella, sola, desamparada, pasó el resto de su vida declarando su amor a quien ya no estaba a su lado, a la ausente. Esas declaraciones de amor la protegerían de extraviarse y perderse de nuevo por los callejones de la ciudad, lejos del lugar de luz que habían encontrado.

Sobreviviría, pues, y caminaría al lado del vacío, hasta que llegara al destino final, donde buscaría a su amada en un claro del bosque. Ahora ya sabía querer y podía ofrecer flores y brindar con su amada muerta, sin extraviarse. Para ellas dos, la cita no era demasiado tarde, aunque sí lo fuera para el común de las gentes, que no sabían convivir con las novias muertas. 

viernes, 10 de septiembre de 2021

EL CASINO DE LOS ÁNGELES CAÍDOS

Foto: J.X.

Ya lo advertía el más anciano del lugar:

“En esta vida hay amores en que te juegas la piel con los ángeles caídos en el Casino de la Perdición, y nunca ganarás.

Sin tregua, te vacían los bolsillos y te despellejan el cuerpo y el alma.

Hasta reducirte a un despojo amoroso."


martes, 7 de septiembre de 2021

ESCRITO EN UNA PARED HÚMEDA: "15 DÍAS MÁS"

 Títere y foto: J.X.

Necesito 15 días más. Concededme 15 días para declarar mi amor. Los restos que me quedan de este amor.

Luego, ya estaré preparada para morir y me podréis matar a vuestro gusto.

Pero necesito esos 15 días para declarar mi amor, los restos de este amor.”

Cuenta la leyenda que la muerte negoció con las autoridades civiles y religiosas, dispuesta a cumplir el plazo requerido por la solicitante, calificada de vagabunda y extraviada.

De este modo, pudo añadir 15 días más, entre caídas y recaídas, para acercarse a él y declararle esos restos de amor. Hasta el último día. Entonces le acarició los brazos descarnados y le dio un beso, momento que aprovechó la muerte para sellar los labios de ambos, raptarlos y llevárselos.

Al pie de la cama hospitalaria, se movían unas flores, reptaban entre los pliegues de la sábana.

Eran las últimas flores para una novia y un novio muertos.


domingo, 5 de septiembre de 2021

EL INFIERNO

Foto: J.X.

El infierno no son los demás. El infierno es seguir viviendo.

Seguir viviendo, después de la muerte.

Después de conocer, de vivir la muerte. La muerte de otra vida.

Seguir viviendo después de la muerte de otra vida. Después de verla morir. La última mirada, verla morir, la última mirada, la última, la mirada.


viernes, 3 de septiembre de 2021

PENITENTE POR CASTIGO DE AMOR

Foto: J.X.

Por castigo de amor iba de una escalera a otra, con el fin de redimirse pidiendo encarecidamente disculpas por haberse enamorado alguna vez (lo que convenimos en llamar “amores efímeros”, ya sean platónicos, a distancia, o furtivos, con más cercanía) de esta o aquella vecina, casada, soltera o viuda.

¿Cuándo y quién lo juzgó y castigó como “reo de amores efímeros”? ¿Un marido vengativo? ¿Una prima católica o una hermana protestante? ¿La presidenta de una Comunidad de Propietarios? ¿O la devoción a una amante muerta (no efímera)?

Jamás lo sabremos. Pero el castigo de amor estaba ahí, cumpliéndose sagradamente de escalera en escalera, yendo el reo de un piso a otro con su culpa, con su castigo de amor, pulsando el timbre de los pisos, muchas veces llamando en vano con la esperanza de que se abriera una puerta a su condena fatídica.

De esta forma se redimía por haber mantenido enamoramientos efímeros demasiadas veces (no por haber amado, que es cuestión más larga en el tiempo y profunda, determinó quien ejercía la función de juez).


miércoles, 1 de septiembre de 2021

OTRAS CARTAS BREVES DE AMOR

Foto: J.X.


Abre la ventana y ve entre las macetas de flores un trozo de papel, muy apretujado, como una bola arrugada, con algunas puntas quemadas. Contiene un mensaje que dice: “Hola, un saludo, piensa en mí, te quiere...”

(Lo que nadie sabe es que él mismo es quien se envía estos mensajes, que deja en la ventana cada noche. También se envía correos desde el móvil de la novia muerta, que conserva y mantiene actualizado, para recibir cartas breves de amor y saludos cariñosos de parte de ella.

Como si esos trozos de papel en la ventana y los mensajes del móvil fueran flores abiertas cuyo perfume se expandiera entre la vida y la muerte, y reavivara así aquel amor muerto oficialmente.

Lo que no sabremos nunca es por qué algunas puntas de aquellos trozos de papel están quemadas. ¿Las quema él mismo? ¿Tal vez el sello de un espíritu nocturno? ¿O una ofrenda?)