jueves, 25 de febrero de 2021

SE PROHÍBE SOÑAR

 

Foto. J.X.

Dicen que salió a la calle soñando, y fue apedreado.

Dicen que fue al bar y comentó que había brindado en el cementerio con la novia muerta (había llevado un botellín de cava y un par de copas escondidas en una bolsa, entre hojas de periódico). Y fue apedreado.

Alguien había dicho: "Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra", y eso hicieron: tiraron la primera piedra y la segunda, la tercera, la cuarta y todas las demás. Hasta que los dos lapidados se desplomaron, uno apedreado en medio de la calle, y el otro en el bar.

Ahora algunos se lamentan y declaran que esos dos no tenían que haber salido de este modo, uno a la calle, soñando; y el otro, también soñando, para ir al bar a comentar sus sueños, en este caso, sus brindis fúnebres (pero con botellín de cava y copas de verdad).

Pero las piedras ya habían sido arrojadas.


DESCRIPCIÓN DE NADA

 

Foto: J.X.

Medio cadáver, el novio de la novia muerta lleva un par de rosas blancas hasta el silencio.

Extiende los brazos y abre las manos para palpar la ausencia más absoluta (al abrir las manos, se han caído al suelo las rosas blancas).

Palpa la ausencia de todos los objetos y balbucea todos los nombres de los objetos.

Se bambolea en el silencio, con las dos rosas blancas en el suelo, entra la media vida y la media muerte.

Sigue andando por donde no quiere seguir andando (más bien, arrastra los pies), suplicando el final de este peregrinar por laberintos de ausencia.

Pide una buena muerte, no desea nada más.

lunes, 22 de febrero de 2021

UN CUADERNO ESCOLAR

 

Se compró un cuaderno escolar de 175 páginas, encuadernado en espiral y de tapas amarillas. Escribió miles de veces la frase: “Soy culpable de toda la vida. Perdóname. No me perdones. Perdóname. No me perdones”.

No escribió ninguna otra frase en este cuaderno. Ignoramos, por consiguiente, de qué se acusaba, de qué era culpable “de toda la vida”. Y también desconocemos a quién suplicaba; a quién pedía perdón y que no le perdonara.


jueves, 18 de febrero de 2021

HUMOR NEGRO EN EL BAR

 Foto: J.X.

El desconocido del bar me cuenta un chiste de humor negro:

“Le crecían las uñas y el cabello como si estuviera muerto.”

¿De que forma le crecían?, le pregunto, aunque el chiste maldita la gracia que me hace, le digo.

Eso me lo explicará otro día, me contesta. Ahora tiene que hacer un recado urgente, que tampoco me puede explicar, en caso de que me interesara saber más, añade.

UN EPISODIO DE LA VIDA (Variación)

Foto: J.X.



El desconocido del bar me cuenta un episodio de su vida:

Hubo un tiempo en que subía a las azoteas y miraba a la calle desde las terrazas, me asomaba a los acantilados, a los precipicios de cualquier abismo, me paraba en los puentes sobre los ríos y las vías férreas, compraba toda clase de ansiolíticos y hojas de afeitar. Pero no me decidí. O mejor dicho: puse la cabeza en una bolsa de plástico y me colgué de una corbata en un travesaño de mi casa y me subí a una silla. Ridículo: la corbata se rompió y caí al suelo más vivo que antes. En suma, no me había decidido en serio, y me burlé de mí mismo, junto a la silla que permanecía en pie. Acabé con la bolsa de plástico en una mano, un trozo de corbata en el cuello y un fuerte golpe en el costado izquierdo.”

No me da por reír, aunque él insiste en que debería reírme por este episodio burlesco de su vida que me ha contado.

Como diría el novio de la novia muerta, “mejor que pidamos otra cerveza y brindemos por lo que sea”.

lunes, 15 de febrero de 2021

UN SUCESO

 Foto: J.X.

Era un día de la infancia, por la mañana.

Restos. En la calle, alguien de una tienda ha extendido encima una manta marrón. La manta es a rayas, y cada vez está más roja de sangre en las puntas.

Es un vecino, un hombre que vivía ahí, en aquel piso del balcón de las flores.

Se ha caído desde aquel balcón de las flores.

No se ha caído, se ha tirado.

Habrá sido por amor o por dinero, algún desengaño.

Otro vecino que ha salido a la calle explica que lo ha visto todo desde su ventana, y que mientras el hombre caía gritaba algo, quizá un nombre, aunque no se entendía bien. El grito era desgarrador.

Si es quien me imagino, dicen que estaba harto de todo. No ha sido sólo por amor ni por dinero. Ha sido por todo. Soledad mortal.

A aquel niño le quedó prendida una gota de sangre. Una gota de sangre prendida para toda la vida. La guarda en la mitad del alma que aún le queda.

sábado, 13 de febrero de 2021

VISITA FAMILIAR

 Foto: J.X.

Hoy el desconocido del bar me ha seguido hasta el cementerio (el bar está en realidad en una calle frente al cementerio marino). He disimulado, como si no le hubiera visto, y en todo momento hemos mantenido la distancia que nos separaba.

Luego, como ya viene siendo habitual, nos hemos encontrado en el bar. Yo he sido el primero en llegar. Cuando él ha entrado, nos hemos saludado como si la persecución no se hubiera producido.  

Al pedir una segunda cerveza, me dice que quiere adivinar mi paseo de esta mañana y hacerme un informe breve del mismo. Aparentando ignorancia, le respondo que no creo que lo adivine, pero le animo a formularlo. Y cuenta:

“Primero, visita a la novia muerta, y le deja dos rosas blancas en el florero metálico de su estancia.

Después, visita a los padres de la novia muerta. Como su estancia está muy alta y no la alcanza (las escaleras de hierro del cementerio, móviles, son muy pesadas y él no las puede trasladar), no les deja ninguna flor.

También hace una visita a sus propios padres -los padres del novio viudo. Pero como también ellos descansan en la parte de arriba, no llega hasta allí y tampoco les puede dejar ninguna flor.

Como una visita familiar", resume, sonriendo, el desconocido del bar.

No sabía si ofenderme o no por la opinión de su resumen final (resumido el itinerario como "visita familiar", titulada así, tiene algo tragicómico). Pero, no. Decidí no darle mayor importancia, y, por otra parte, no dejaba de tener razón: aquella mañana había hecho lo que podríamos llamar una visita familiar póstuma.

Y prefiero decirle que lo que más me ha sorprendido, no es que haya adivinado mi recorrido -o que me haya seguido, creyendo que yo no me daba cuenta, pero esto no se lo he dicho-, sino que se haya referido a mí, todo el tiempo, en tercera persona.


viernes, 12 de febrero de 2021

LA MORDEDURA

 Foto: J.X.


El desconocido del bar me dice:

-"No te vayas. No me dejes. Háblame con tu silencio, desde tu ausencia, no me abandones... ¿Acaso no son éstas, o parecidas, las palabras que se rezan a las novias muertas?”

Me muerdo la lengua y no digo nada. A causa de la herida de la mordedura, las palabras se desprenden de la lengua y sangran en el pañuelo. Pero no digo nada.

martes, 9 de febrero de 2021

UN PASO TRAS OTRO

 Foto: J.X.

Un paso tras otro, hasta el final del camino, que no es el final, sino el principio de una incógnita que se extiende en el infinito. 

Más allá.

El punto, abriendo, señalando la incógnita (¿), sería el inicio para cruzar el laberinto terrenal, hacia el espacio sin límites, merodeando, quizá absurdamente, en la espiral del vacío.

Colgados (¿) de la incógnita, como una res en el matadero, pero ya sin aquella sangre animal, que, después de estremecerse, agonizar y morir, cae a borbotones, desangrándose el animal cabeza abajo, estigmatizando el suelo y las profundidades de la tierra.

Aguardando la otra sangre, la sangre amorosa, la misteriosa (por no decir imposible), la misteriosa sangre amorosa, que ya nadie podrá derramar.


sábado, 6 de febrero de 2021

LA TRANSPARENCIA

Foto: J.X.

Se le transparentaba más en el ojo derecho que en el ojo izquierdo. No sólo la tristeza.

Lo volveremos a escribir: se le transparentaba más en el ojo derecho que en el izquierdo... Todo.

Esa tristeza, que no es sólo tristeza, sino que es todo.

Todo, transparencia demoledora en el ojo, cuando la casa se estremece tocada de muerte. Cuando la casa le cae encima resquebrajada por la muerte, y todo es ausencia en cualquier rincón, la ausencia que se transparenta en su ojo derecho. 

viernes, 5 de febrero de 2021

PASEO POR LA PLAZA DE LA VIDA Y LA MUERTE

Foto: "Plaza Real", del fotógrafo Suárez ("Guía de Barcelona", de Carles Soldevila, Ed. Destino, 1951, Barcelona) 

Das vueltas y vueltas, un vez más, bajo los pórticos de la Plaza Real.

Cruzas las arcadas, sales a la plaza, rodeas la fuente de las Tres Gracias, te paseas entre las viejas y las nuevas palmeras (las más altas y viejas las van cortando por enfermedad). Vuelves de nuevo a las arcadas y entras en los pórticos a dar otra vuelta más.

Desconsuelo. De aquella infancia sólo resta la memoria.

Cada vez hay más niñas y niños que ya no juegan en la plaza, ni merodean por ningún otro lugar.

Cada vez hay más niñas y niños muertos, y no lo sabe nadie, excepto el paseante, que aún puede recordar sus nombres y apodos, sus rostros, el color de sus cabellos, la presión de sus manos al saltar, golpear o acariciar.

martes, 2 de febrero de 2021

MÁSCARA, MASCARILLA Y LA TRISTEZA

Foto: J.X.

El desconocido del bar me coge del brazo y me dice:

Hoy he visto un polluelo de paloma reseco, que había caído a la calle. Con el zapato lo he apartado de la calzada y lo he retirado contra la fachada de una casa. Al volver a mirarlo he pensado que se parecía a mí, que tengo cada día más cuerpo de pollo reseco abandonado en la calle. Menos mal que llevamos mascarilla y con ella puedo disimular la mitad del rostro reseco de polluelo.”

Esta vez le respondo, y le digo que lo ideal sería, no una mascarilla, sino una máscara que nos cubriera todo el rostro, con los ojos también enmascarados para disimular mejor la tristeza. Como una máscara completa de carnaval.