Foto: J.X.
Se le transparentaba más en el ojo derecho que en el ojo izquierdo. No sólo la tristeza.
Lo volveremos a escribir: se le transparentaba más en el ojo derecho que en el izquierdo... Todo.
Esa tristeza, que no es sólo tristeza, sino que es todo.
Todo, transparencia demoledora en el ojo, cuando la casa se estremece tocada de muerte. Cuando la casa le cae encima resquebrajada por la muerte, y todo es ausencia en cualquier rincón, la ausencia que se transparenta en su ojo derecho.
1 comentario:
Si pudiéramos ir trasladando las ausencias y encerarlas en el último hueco de nuestro cuerpo, quizá dejarían de perseguirnos.
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