Foto: J.X.
Añadir unas palabras más y alargarlas: a ver si llegan hasta el poema de mañana.
Pendía de un hilo, todo..., colgaba, todo, como de una tela de araña...
Rota, una telaraña rasgada..., una vida entretejida con desgarros..., hay rasgaduras que hieren, infectan y matan..., espinas de rosa, espinas venenosas en la tela de araña rasgada, donde son prendidas y mueren las palabras alargadas.
Añadir unas palabras más y alargarlas hasta la rosa de espinas, en cuya tela de araña caerán y morirán envenenadas las palabras alargadas en el poema de hoy, de ninguna mañana.
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