Foto: J.X.
Mientras da vueltas por la Isla II del Cementerio del Mar, un vuelo de palomas le trae a la memoria un fragmento del filósofo musulmán Ibn Arabi (Murcia, 1165-Damasco, 1240), del libro Tratado del Amor, en el cual comenta que Zulaykha (esposa de Putifar), al cortarse una de las venas, la sangre que gotea al suelo va escribiendo un nombre: “¡Yusuf, Yusuf!”, que es el de su amado (un amado que, sin embargo, la rechaza), y cuyo nombre se ha esparcido a través de la sangre de sus venas.
Hay nombres amados que se escriben con sangre.
Una gota de sangre por cada letra, por cada sílaba, hasta completar el nombre del ser amado.
2 comentarios:
Emociona imaginar un nombre escrito con sangre, un nombre amado que exige este sacrificio como muestra de su amor.
Ariel Fridman
Jaime D. Parra
Tònia Passola
Alberto Gimeno
Ramòn Lupiañez
Mireia Puertas
Pinto Calama
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