miércoles, 19 de enero de 2022

OLVIDOS Y RECLAMACIONES DE LA MUERTE

Foto: Judith Xifré

Dolor, desde la cabeza a los pies.

Desde los ojos hasta la punta de los dedos de los pies. Dolor. Silencio. Ausencia. 

Hay muertes que se llevan un trozo de vida de quien estaba a su lado.

Hay muertes que no se llevan nada.

Hay muertes que se llevan media vida.

Pero hay, aún, otras muertes que se llevan, sin saberlo, toda la vida de quien estaba a su lado.

Sobre estas últimas muertes no hay consuelo posible para quien sobrevive medio muerto, muriendo cada día un poco más, hasta fusionarse con toda la muerte.

A veces, hay amadas y amados difuntos que, como recuerdo de amor olvidado al partir así, de pronto, tan desprevenidos, necesitan y reclaman el perfume del ramo de novia que guarda quien les ha acompañado en la vida. El cual, para satisfacerlos, muere con las últimas flores, perfumando la imposibilidad amorosa.

Es la naturaleza. La crueldad del tiempo. La naturaleza. La crueldad.

En una muerte, en el tamaño de la ausencia, del dolor, cabe todo el amor del mundo.


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