Foto: J.X.
El fondo del mar está lleno de enamoradas y enamorados muertos.
Enamorados de la vida, embarcaron en la balsa del sueño, pero la muerte los desengañó y los hundió.
Ella lo daba todo por él, la ilusión de otra vida, de otro mundo. Y él lo daba todo por ella, la vida, la ilusión.
En el fondo del mar, esparcidos como ramilletes de flores marchitas, los enamorados muertos se abrazan y se separan, se unen y se desatan como ramos marchitos, empujados y deshechos por las aguas profundas del fondo del mar.
El corazón sangra recostado en una piedra cubierta de algas, mientras el alma intenta desembarazarse de una red de coral y ascender del fondo del mar hacia un horizonte remoto, a donde no llegan ni las almas.
Un horizonte inalcanzable, salpicado, sin embargo, misteriosamente, por la sangre que gotea sobre una piedra cubierta de algas, en el fondo del mar.
2 comentarios:
María León
Jorge de los Santos
Ariel Fridman
Efi Cubero
Marion Veas
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