Foto: J.X.
Si
no te mantienes firme y a la vez flexible y elástico en los
movimientos...
Si
pierdes pie y te desequilibras sobre el alambre de las palabras, el
funambulista caerá de bruces al suelo, contra la pista de este circo
llamado vida.
El
atropello está asegurado por parte de los agentes del abismo, que
utilizarán todo los medios a su alcance para romperte, no sólo las
piernas -para dichos agentes del abismo esto es lo de menos: no les
basta con un buen golpe en las rodillas-..., sino que irán directos
al corazón y a desgarrarte el alma por los cuatro costados más
delicados.
Tardarás
en curarte de las lesiones, y no sabemos, ni siquiera los espíritus,
cuándo podrás volver a hacer nuevos ejercicios de recuperación del
alma, advierte el espíritu que resbala con las flores.
Parece
un poco exagerado y una parada de monstruos el circo que nos traes
hoy al bosque, ¿no?, replica otro espíritu, el que bebe cerveza a
cualquier temperatura.
Él
escucha a los dos espíritus. Calla, sigue escuchando. No tiene nada
que decir, aunque al final les pregunta:
¿Y
si además me parten las piernas, como vulgares sicarios de película?
Entonces,
doble recuperación: la del cuerpo y la del alma.
Una
voz casi inaudible resuena en el interior de una piedra:
Tiempo.
Más tiempo entre las flores marchitas, hasta recuperar la rosa
blanca cuyo aroma habla con la novia muerta.
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