¿Nos
estamos volviendo demasiado "iluminados", una iluminación
que deslumbra y causa miopía galopante para ver la realidad
cotidiana, y se van reduciendo las complicidades, mientras la
derecha, la extrema y la otra, van acumulando votos y simpatías?,
comenta el politólogo en el bar.
Mientras
haya presos políticos..., añade la sobrina de la peluquera.
Hay que hablar con los que quieren hablar, y no precipitarse, que la impaciencia y la precipitación fortalecen el discurso de la sinrazón y la represión, dice el periodista en paro.
Hay que hablar con los que quieren hablar, y no precipitarse, que la impaciencia y la precipitación fortalecen el discurso de la sinrazón y la represión, dice el periodista en paro.
Más
hablar y menos gritar para tu público, indica el poeta romántico
del barrio.
No
hay nada que hacer: ¡155 redoblado y sin TV3, ni Educación, ni
Mossos!, replica la cuñada del dentista.
Mujer,
no sea bárbara, responde la nieta del anarquista.
Como diría un clásico chino, mide bien tus fuerzas reales y déjate de fantasías solitarias antes de comenzar la batalla, resume la vidente del barrio.
Como diría un clásico chino, mide bien tus fuerzas reales y déjate de fantasías solitarias antes de comenzar la batalla, resume la vidente del barrio.
¡Marchando,
una cerveza con espuma dialogante!, anuncia la dueña del bar.
Vivimos
en la selva, como mi madre con sus novios, apunta la hija de la
bibliotecaria.
¡Pero
sin Tarzán ni la mona Chita!, exclama el humorista del barrio.
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