Foto: J.X.
Iluminar una palabra, extender la iluminación hasta un verso o una frase que será escrita, y fijarte en cada una de las palabras cuyo cuerpo en formación te lleva a un tiempo sin tiempo.
Hundir los ojos y esclavizar las manos hasta liberarlas en la forma que va adquiriendo el verso, la frase, como en un sacrificio primitivo.
Mantener el equilibrio unos pasos más y otros pasos más -no sabemos cuántos serán- en la cuerda floja del escenario abismal, sin una tupida red debajo para amortiguar las caídas mortales.
Aunque no pueda hablar contigo
y todo sea muerte y todo sea ficción
este hablar contigo en el silencio de ambos
es un modo de hacernos revivir juntos
la búsqueda de un refugio en la intemperie del tiempo.
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