sábado, 28 de septiembre de 2024

ESCRITO EN UNA PARED: ¿QUIÉN REPARARÁ EL DAÑO CAUSADO, LA INOCENCIA MANOSEADA?

 Foto: J.X.

En tiempos y lugares lejanos, hubo una vez un espíritu puro que se corrompió de la cabeza a los pies (era un espíritu puro que tenía cabeza y pies).

Por culpa de esta conversión, de espíritu puro en espíritu impuro, un día vino la muerte a cerrar los ojos más bellos y abiertos que había visto nunca. A partir de entonces, perdido, solo, experimentó la segunda conversión, y de tal modo volvió a ser un espíritu puro de la cabeza a los pies, o algo parecido. Porque esta vez cojeaba de un pie, el pie derecho, que hacía cojear también el lado del corazón.

Merodeaba por la calles como un ser extraño entre los llamados humanos, tan ocupados en la ascensión, que eran incapaces de adivinar al espíritu puro que pasaba por su lado, cojeando, rozando las paredes donde, a medianoche, escribiría frases como ésta:

Pero, ¿quién reparará el daño causado, la inocencia manoseada?


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