Foto: J.X.
Cada día se incorpora al alma un poco más de ausencia.
Cantidades huecas, inmensas, llenas de ausencia, que pesan en el alma y vampirizan al cuerpo, gastándolo por fuera y por dentro, chupándole tuétano y sangre, haciendo que se arrastre por calles y casas con el alma a cuestas, tan recargada.
No se puede tocar, la ausencia, es intocable, pero su peso puede llegar a ser insoportable.
1 comentario:
Si pudiéramos llenar esas ausencias huecas con bellos y dulces recuerdos, serían solamente un leve peso en el alma que nos haría sentir menos tristes y más acompañados.
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