Foto: J.X.
Oculta
a primera vista, sobresale en un sendero, escarpado por las lluvias
torrenciales, la rama diminuta de un arbusto que señala por dónde
hay que dar la vuelta y seguir para llegar al lugar de luz.
Una
rama que indica ese lugar iluminado del bosque, reservado, sobre
todo, para los seres desesperados, abandonados, que se han extraviado
entre la frondosa oscuridad de los caminos sin salida amorosa.
Que
suelen ser de una gran crueldad al final de la travesía, cuando el
desesperado, que ahora entiende por fin su abandono, se golpea el
alma hasta desgarrarla contra la salida cerrada de la frondosa
oscuridad.
Sólo
entonces, haciendo un último esfuerzo, un esfuerzo mortal, cabe la
posibilidad de vislumbrar, a un lado del camino cruel, la pequeña
rama iluminada de un arbusto, oculta a primera vista, que señala un
lugar de luz, a lo lejos.
Un
lugar donde recuperar los trozos de cuerpo y de alma maltratados,
malheridos por el filo de la desesperación y el abandono, durante la
travesía extraviada por caminos crueles, caminos sin salida amorosa.
2 comentarios:
Terrible aquest poema, però escrit amb unes paraules que fan gaudir amb la seva lectura.
De cómo una pequeña rama te puede conducir, con su pequeña pequeña luz, al lugar deseado.
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