Foto: J.X.
(Recordando
a Joanet, un novio vagabundo que iba al cementerio a emborracharse
con la novia muerta, a escondidas de los vivos.)
Caminando
a la sombra de los muertos, solitario entre los muros del cementerio,
se acerca lentamente a la estancia donde aguarda, desde hace días,
un brindis con la novia muerta.
No
ha podido venir antes: ha estado medio muerto y extraviado por las
calles.
Las
dos copas y el botellín, ocultos en la bolsa, bajo un pequeño ramo
de flores.
"Piensa
en mí", dijo ella.
Y
él brinda por ella, que confiaba en los desconocidos y en Leonard
Cohen. Y brindan ambos con todas la novias y los novios muertos del
cementerio, con todos aquellos que no han dejado de amar, pese a la
muerte.
1 comentario:
A pesar de la mala vida que lleva Joanet, en cuanto puede lo primero que hace es cumplir con la promesa que le hizo a su novia muerta y es tal su generosidad que no solo comparte su botella con ella, que hace días que le espera, sino que sabiendo que a ella le gustaría, brinda por y con todos los novios y novias muertos del cementerio.
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