Foto: J.X.
En
el bosque, un espíritu que se ha enamorado de otro espíritu, le
dedica un poema.
En
un claro del bosque donde se refugia nuestro amor,
la
muerte no tendrá nunca sombra ni dominio.
Explican
los espíritus del bosque, que, sólo en casos excepcionales, un
espíritu se enamora de otro espíritu.
Por
otra parte, advierten los más entendidos, que los espíritus
enamorados no suelen dedicarse poemas de más de dos versos, como si
fueran “ejercicios breves de eternidad amorosa”.
Consideran
que en uno o dos versos se puede decir y concentrar todo el amor del
mundo.
Exhibir
más poesía, aquí, en el bosque, sería vanidad; exhibir más amor,
imposible.
Él
considera que el enamoramiento de dos espíritus, así como los
poemas de dos versos que algunos se dedican, podría ser interpretado
de manera tragicómica o cursi por los que habitan allá abajo.
Los
espíritus nos movemos en otro ámbito, donde no caben los prejuicios
humanos ni poéticos, responde el espíritu que resbala al pisar una
flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario