Foto: J.X.
Hoy
él no está en el bosque de los espíritus.
Ha
regresado, a vuelto a casa.
A
sentirse abandonado en casa de la novia muerta.
Sentirse
abandonado en la calle y en todas partes.
Como
una planta en una maceta, con las raíces escarbadas y mordidas por
alimañas nocturnas, en la barandilla del balcón. El abandono.
Raíces
escarbadas y mordidas, dejadas al desnudo en la maceta del balcón, a
merced de todos los vientos y lluvias, de todas la tempestades.
Abandonadas, la planta, la maceta. Abandonado quien lo mira, quien lo
siente.
Agostándose
inútilmente, esperando en vano otra flor, en el balcón, donde
permanece la maceta, abandonada, como él.
Todo
abandonado.
Es
el abandono en casa de la novia muerta, que baja por la escalera,
sale a la calle y el abandono se extiende más allá, por todas las calles.
No
se ven ángeles en las aceras, aguardando a los abandonados. No los
ves. No hay un ángel que te aguarde al doblar una esquina. Un ángel
de la guarda que aguarde tu abandono. No lo ves.
¿Pero
están? ¿Deberían estar?, pregunta un desconocido, otro abandonado por una novia muerta.
Hay
que subir al bosque de los espíritus. Ellos ya dicen que no saben
volar como los pájaros. No son ángeles. Se trasladan de un lugar a
otro como pueden, a trancas y barrancas. Como pueden..., responde él.
Vamos,
le dice al desconocido abandonado, y, dándose la mano, se encaminan
al bosque.
Se
orientan en la noche estrellada, como dos vagabundos, como dos
enamorados abandonados.
1 comentario:
Bon dia, Albert,
pura poesía el text d'avui i penso:
Ciertamente, los novios de las novia muertas sienten su abandono, ellas están donde han querido llegar y desde ese mundo solo pueden contactar con los novios a través de los espíritus, que con sus gestos y palabras les trasladan la compañía a quienes se sienten abandonados Les costará comprender este tipo de comunicación, pero llegará el día en que sentirán tener a la novia cerca, sin su abandono, y verán crecer de nuevo flores en el balcón.
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