Foto: J.X.
Poema
anónimo encontrado en el bosque de los espíritus, colgado de las
ramas de un árbol.
Te
lavan al nacer.
Y
luego te advierten:
Tienes
que lavarte para ir a la escuela,
tienes
que lavarte para ir al trabajo,
tienes
que lavarte para ir de fiesta,
tienes
que lavarte para casarte,
tienes
que lavarte para ir al hospital.
En
resumen: tienes que lavarte para vivir.
Pero
no tienes que lavarte necesariamente para hacer el amor (aunque esto
sea recomendable, y más en esos lugares civilizados donde la
dejadez es tradición).
Ni
tampoco, por muy previsor y angustiado que seas, podrás anticiparte
a la muerte y lavarte a tiempo (a no ser que seas tú quien decida el
día de la muerte, y, antes de morir, tengas ánimos para lavar
aquello que vas a destruir, el cuerpo).
En
consecuencia:
Si
te lavan al nacer.
Si
no es estrictamente necesario lavarse para hacer el amor.
Si
te lavan y te embellecen al morir para quitarte el color de la muerte
y agradar a los vivos que vayan a observarte (previo pago),
¿por
qué hay que lavarse para sobrevivir y soportar la vida cotidiana en
las calles y ciudades de este sucio mundo?
….....................................
Este
poema lo escribió en su vida anterior uno de los espíritus del
bosque, explica el espíritu que ahora bebe una cerveza..
¿También
hay espíritus sucios?, pregunta él.
Sí,
pero están en otro lugar, muy lejos, un lugar que no conocemos.
Cuando un día se vuelven transparentes, entran como uno más en el
bosque de los espíritus, y nadie les pregunta de dónde vienen,
responde el espíritu que toca una melodía con dos ramas de álamo.
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