martes, 30 de junio de 2020

LOS ESPÍRITUS TAMBIÉN SUFREN HERIDAS

Foto: J.X.

Cuentan los espíritus que ellos se limpian el resto que les queda de alma (el otro resto quedó enfangando en la tierra) utilizando las hojas y el agua de los ríos y fuentes del bosque.
Las heridas se las hicieron, dicen. mientras andaban por ahí abajo, pisando en cuerpo y alma las calles y caminos encharcados del mundo.
¿Aún tenéis piel humana y no han cicatrizado las heridas?, pregunta él.
No tenemos ni cuerpo ni piel, sino algunas de esas heridas tan profundas que no desaparecen del resto de alma que llevamos dentro del espíritu, y por eso debemos seguir cuidándolas, lavándolas. Es por si acaso. Se pueden volver a abrir al menor descuido, y, en esos casos, sangraríamos como si tuviéramos piel, responde el espíritu que resbala con los pétalos de las flores.
También aquí, en el bosque de los espíritus, hay que estar atentos a los sanguinarios que suben de abajo y quieren vengarse, más aún, de las flores y las novias muertas, reabriendo así las heridas de los espíritus que nos protegen, piensa él.

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