martes, 11 de junio de 2019

LOS ABUELOS BAKUNIN Y LENIN ENTRAN EN EL BAR, Y HANNA ARENDT EN LA MESA DEL FONDO


Aunque no es de Bakunin, como diría mi abuelo, creo que el texto de Lenin que les muestro puede ser una buena lectura, polémica pero recomendable, para aquellos que aún se consideran progres o ligeramente de izquierdas (el árbol frutal, a la izquierda del jardín, ya no da más de sí), comenta la nieta del anarquista en el bar del barrio.
Espera, espera, que yo puedo enseñaros uno de Bakunin, replica el humorista.
Como en los viejos tiempos, cuando en las tertulias clandestinas se hablaba de revolución y te cerraban el bar o te lanzaban un bombazo, recuerda el politólogo del barrio.
Sí, eran otros tiempos, cuando la miseria y la solidaridad eran nacionales e internacionales, responde el poeta romántico del barrio.
¡Mientras todo esto no sea anticonstitucional..., que no me fío nada de ustedes!, replica la cuñada del dentista.
¡Oigan, cuidado, que me juego las habichuelas con tanto alboroto!, exclama la dueña del bar.
¿Quien teme a Hanna Arendt?, pregunta el periodista en paro.


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