sábado, 28 de julio de 2018

DE BANDERAS Y TRAPOS

Imagen: La Venus de los 262 trapos, de Michelangelo Pistoletto (1967)


-La bandera es un trapo, dice uno, en el bar del barrio.
-Cada trapo con distintos dibujos y colores, dice otro.
-Pero hay que vigilar que, entre trapo y trapo, no se cuele un trapo que quiera imponerse y ser el trapo de todos los trapos, dice uno.
-Si mi trapo es el mejor, es el trapo de todos los trapos, y en consecuencia es la bandera de todas las banderas, dice otro.
-Por lo tanto, hay trapos y trapos, y banderas y banderas, dice uno.
-O dicho de otro modo: los trapos se convierten en banderas, y luego hay banderas que reducen a trapos a otras banderas, resume otro.
-Luego, según la dialéctica de la historia, una bandera -que es un trapo, como hemos convenido-, será menos trapo que el trapo de aquella bandera que ha sido cortada y reducida a trapos, analiza otro.
-En la historia, pues, habrá trapos que someten, y trapos sometidos, y por lo tanto no todos los trapos son iguales, dicen unos cuantos.
-En caso de que la fuerza de la historia iguale los trapos, unos serán más iguales que otros, y volverá a repetirse la desigualdad y la dialéctica del trapo del señor y el trapo del siervo, como sostenían los animales en la rebelión de aquella famosa granja, dicen todos al final.
-Así, pues, entre trapos anda la cosa, y no todos los trapos son iguales ni de la misma calidad, sentencia la dueña del bar.
-Usted lo ha dicho: el trapo del señor, que es bandera custodiada, y el trapo del siervo, que es trapo para usar y tirar, resume la vidente del barrio.
-¿Y si suprimiéramos todos los trapos y banderas, como decía mi abuelo?, pregunta la nieta del anarquista.
-¡No, no, que mi bandera no es un trapo!, exclaman unos.
-¡No no, mientras haya banderas que fabriquen trapos!, exclaman los otros.
-Bueno, siempre nos quedarán trapos para fregar el bar, ¿no es verdad, señora?, comenta el humorista del barrio.

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