Hoy,
Fira de Sant Ponç (Feria de San Poncio), que se celebra en la calle
Hospital, de Barcelona, comenta la hermana del informático.
Feria
anual de la fruta confitada, vendida a granel o escarchada en potes
de vidrio. Frascos y caramelos de miel y eucalipto, ramos de menta,
farigola (tomillo), camamilla (manzanilla) y romaní (romero), con
los que se puede hacer una buena infusión de hierbas para calmar,
dulcemente, los ánimos de unos y otros, explica el poeta romántico.
¡La
miel es amarilla, la flor de la manzanilla es blanca y amarilla, otra
provocación!, avisa la cuñada del dentista.
¡Igual
que los taxis de Barcelona!, advierte la vecina taxista.
Nada
como una buena infusión de hierbas para rebajar la mala digestión,
el estreñimiento y la irritación de garganta, recomienda el
politólogo.
¡Un
escándalo: los caramelos también son amarillos!, replica la sobrina
de la peluquera.
¡Marchando,
una “Estrella” y calamares a la romana!, anuncia la dueña del
bar.
Pues
a mí, ¡póngame una cerveza negra y calamares a la plancha, sin
rebozar, que amarillean!, indica el humorista.
Cerveza
negra, cerveza anarquista, como decía mi abuelo, apunta la nieta del
anarquista.
Mi
madre se pone lencería amarilla porque sale con un novio unionista,
bromea la hija de la bibliotecaria.
Pues
mi marido lleva bragas del Peñón de Gibraltar, ¡y a mucha honra!,
replica la cuñada del dentista.
Querrá
decir calzoncillos, ¿no?, pregunta la vidente.
Vale, vale, que me atabalan, que me agobian..., confirma la cuñada del dentista.
Vale, vale, que me atabalan, que me agobian..., confirma la cuñada del dentista.
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