Muy bien por Jordi Évole, que en el
programa "Salvados" ha entrevistado a Otegui, quien dijo
estar en contra de la lucha armada y a favor de un proceso de paz y
de un referéndum democrático en el País Vasco, a semejanza de lo
que se está intentando en Catalunya, dice la hermana del
informático.
Algún día habrá que hacer algo, o bien
exterminar a todos los que luchan pacíficamente para conseguir que
la gente pueda votar en uno o varios referéndums, apunta la sobrina
de la peluquera.
Algunos proponen hacer un referéndum general
sobre la reforma de la Constitución y del Estado, y en el caso de
que en Catalunya, Euzkadi o Galicia el voto mayoritario fuera
contrario y no encajara en esa reforma constitucional propuesta,
entonces habría que organizar un referéndum particular, vinculante,
sobre el futuro político que propone cada uno de esos territorios
que no han votado a favor de la reforma constitucional, explica el
politólogo del barrio.
Huy, esto es muy complicado, y no es
bueno votar tanto cuando ya tenemos diputados y senadores que nos
representan, indica la cuñada del dentista.
¡De que sirve un
Parlamento si los ciudadanos tiene que estar votando todos los días?,
pregunta la fiscal del barrio
Porque en nuestro sistema hay
diputados y senadores que acaban dormitando o están bajo los efectos
hipnóticos de cada partido, votando lo que les ordena la jerarquía,
dice el humorista.
Por eso los ciudadanos, indignados, han
despertado y exigen votar a menudo y participar directamente en las
decisiones del poder, añade la hija de la
bibliotecaria.
Reaccionario es no querer hacer nada para cambiar,
y utilizar la amenaza constante para envenenar más la situación y
no resolver nunca el problema que se viene arrastrando desde hace
demasiado tiempo, opina la librera del barrio.
Los problema
políticos, en una democracia, se formulan y se resuelven mediante
soluciones políticas, y no con amenazas jurídicas, policiales o
militares, dice la nieta del anarquista..
Pero, ¿realmente
queremos vivir en una democracia, donde la cuestiones deberían
resolverse siempre mediante votaciones libres y constantes, en
referéndums, como hacen en Inglaterra, por ejemplo?, pregunta la
vidente del barrio.
Bueno, es un intento sano de modernizar y
adaptar cada vez mejor el concepto de Estado y sus estructuras a las
necesidades actuales de los ciudadanos, necesidades que sólo
podremos conocer votando y no charlando como viejos reaccionarios a
todo cambio, comenta el politólogo del barrio.
¿Quién tiene
miedo a votar, quién tiene fobia a los referéndums, quién teme al
cambio?, pregunta el humorista.
¡Hay algunos que incluso temen
cambiar de cerveza, imagínense!, exclama la dueña del bar.
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