martes, 13 de noviembre de 2012

EL CLUB DE LA SÁTIRA: EL PARALELO, EL MOLINO...


Magnífica exposición, en el CCCB, sobre "El Paralelo", barrio, calle y avenida popular de  Barcelona, en cuyos teatros de variedades y cafés se reunían, muchos politicos, artistas y escritores de la época, como Salvador Seguí (político anarquista), Juli Vallmitjana (dramaturgo y novelista que convivió con los gitanos de Montjuïc y aprendió la lengua caló), Isidre Nonell, Ricard Canals, Francesc Gimeno, Ricard Urgell, Opisso, Ismael Smith, Joan Llaverias (pintores y dibujantes).
Y también Josep Maria de Sagarra (el conocido dramaturgo y autor de las letras de algunas canciones satíricas y picarescas de aquella época), Rossend Llurba (dramaturgo, divulgador del tango en Barcelona, y  letrista del primer cuplé en lengua catalana, "La Font del Xirineu", interpretado por la gran e inolvidable Raquel Meller), Josep Amich (llamado Amichatis, comediógrafo y letrista)
Y Juli Viladomat ( compositor de numerosos cuplés y tangos, como los famosos "Fumando espero" y "El tango de la cocaína"), o las  divertidas actuaciones de Monleón en las aguas del puerto de Barcelona, y las performances del dibujante y caricaturista Bon.

Innumerables teatros populares y cafés en la Avenida del Paralelo, como el Arnau, el Español, el Olympia, el Condal, el Apolo, el Talía, la cervecería la Bohemia, el bar Chicago, el bar Rosales, la Pajarera Catalana (después llamado el Petit Moulin Rouge y más tarde convertido en el famoso El Molino), teatros, cabarets y cafés en los que se conjuraba, se bailaba y se reía. Y donde reinaban La Bella Dorita y Raquel Meller, entre otras muchas cantantes y artistas de variedades, y por donde también pasó y cantó Carlos Gardel.
Sin olvidar las operetas de Emili Vendrell y Marcos Redondo, ni el humor descomunal de los cómicos Santpere (el padre y la madre de Mary Santpere), y del fenomenal Alady, o los grandes transformistas y transexuales de la época, como Micro y otros muchos artistas.


Y detrás de los teatros, una vez apagadas las luces de candilejas, y entre el humo de las tres chimeneas de la fábrica de electricidad, aparecía otra vez la yerma y salvaje Tierra Negra (por el carbón que transportaban), al pie de la montaña de Monjuïc, donde trabajaban las célebres "pajilleras", esas prostitutas callejeras, pobres y anémicas, que se ofrecían a los clientes ambulantes, también pobres.
Esa Tierra Negra que aún existía en la postguerra, en los años 50, detrás de las Atracciones Apolo, y que algunos niños de aquellos barrios íbamos a espiar.   

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