El territorio de la infancia..., los primeros juegos en las calles, las primeras caídas, las primeras novias y novios, el primer encantamiento, la primera alegría, el primer fracaso..., en el lugar mágico, en el territorio único de la infancia.
La calle en donde nacimos algunos..., y jugamos en la Plaza Real, y nos caímos y nos rompimos el brazo o el pie..., y donde aprendimos a ser novios y novias espiando a los marines simpáticos, con sus chicles
(que nos regalaban), dando la mano a sus novias alquiladas (cosa que aquí nadie se hubiera atrevido a hacer), algunas eran hijas del barrio..., pero como éramos niños y nadie había muerto aún en la familia, jugábamos otra vez en la calle y éramos felices..., aunque hubiera pocas fiestas y diversiones para nuestro padres.
Pero cuando la muerte venía y entraba en casa..., salíamos a la calle más solos, y cuando volvíamos a jugar ya era de otro modo, como si un ojo estuviera más triste que el otro.
Pero cuando la muerte venía y entraba en casa..., salíamos a la calle más solos, y cuando volvíamos a jugar ya era de otro modo, como si un ojo estuviera más triste que el otro.
Fotografía: Oriol Maspons, Calle Escudellers("Barcelona, pam a pam", de Alexandre Cirici)
1 comentario:
A Ana Teixeira, Esther Maco, M Cinta Montagut Sancho y 13 personas más les gusta esto.
A.T.: La fotografía es de Oriol Maspons: Calle Escudellers (del libro "Barcelona, pam a pam", de Alexandre Cirici).
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Josep Jordana Escude: En aquest carrer hi havia una carnisseria, ho recordes??
Hace 13 horas · Ya no me gusta · 1
A.T.: Sí, era una calle que tenía dos tiendas en cada edificio, una calle que, junto con la Plaza Real, era como un resumen del mundo. Desde el bar "Los Caracoles", el "Tequila" (aún existe un local con este nombre en el mismo sitio, pero sin futbolines, ni billar americano ni camaleón enjaulado) y "Los tres hermanos", hasta el "Cosmos" (que también existe), entre otros.
Hace 13 horas · Me gusta
Josep Jordana Escude. La carnicería era la de tus padres, sólo estuve una vez, por lo que no conozco nada más. Pero me ha llamado la atención la fotografia, eran otros tiempos, tal vez mejores que ahora, recuerdos.
Hace 13 horas · Ya no me gusta · 1
A.T.: Vaya, Josep, ha sido descubierto el pasado de mi familia. Menos mal (lo digo por mis manías y prejuicios de poeta), menos mal, decía, que también Kafka y Albert Camus, entre otros, tenían abuelos y tíos carniceros (del mundo del comercio, tenderos, por supuesto, no se entienda mal). Y así uno se siente más acompañado.
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