En la civilización del descrédito de las palabras, de las palabras en apuros, ¿qué sentido tiene hablar de paz en un mundo cuya naturaleza es la guerra, en un mundo que sólo se mueve con palabras de guerra?
Guerras políticas, guerras económicas, guerras nacionales, guerras internacionales, guerras terroristas, guerras comerciales, guerras informativas, guerras deportivas, guerras familiares, guerras entre padres e hijos, guerras entre hermanos, guerras de vecinos, guerras culturales, guerras literarias, guerras poéticas, guerras...
Palabras en apuros, el descrédito de las palabras, ¿a veces sólo pronunciadas para poder vivir y descansar, aun sabiendo que son palabras inútiles desde el comienzo, desde siempre?
El suplente del cronista
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