Foto: J.X.
No hay quien los salve. Caen, heridos de muerte, los enamorados y los desenamorados. Todas las calles, todos los bosques, todos los ríos, arden y acumulan ceniza sobre la ceniza de los enamorados y desenamorados muertos. En la infinita devastación, queda una flor, una sola flor para ti.
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