Foto: J.X.
Espérame.
Escóndete bien.
Que no nos vean.
Ahora déjate de flores y no hables con los pájaros,
que andan por aquí cerca los perseguidores.
Bueno, pero vigilemos que las flores y las alas de los pájaros
nos cubran bien, y sobretodo no hablemos.
Que los perseguidores nos descubrirían
abrazándonos entre los pájaros y las flores,
y ya sabes cómo son, mal pensados, violentos,
nos atarían las manos y los pies,
quemarían las flores,
cortarían las alas de los pájaros,
y nos matarían por segunda vez.
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