miércoles, 26 de enero de 2022

AVISOS DE CARTAS CERTIFICADAS QUE LLEGAN MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Foto: J.X. 

Hoy he visto el aviso de un carta certificada dejado en el suelo del portal (el cartero, si nadie abre la puerta del edificio, pasa los sobres y los avisos por debajo de la puerta).

Es un certificado para el 4º1ª, enviado por una institución pública (la Diputación o el Ayuntamiento), a nombre de una vecina que falleció hace unos veinte años.

A esa misma señora le mandaron también durante un tiempo avisos de certificados de las oficinas de un cementerio de la ciudad, para recordarle, seguramente, que tenía pendiente de pago la cuota anual del nicho contratado por la familia.

Son avisos de cartas certificadas que llegan al destinatario más allá de su muerte.

¿Puede ocurrir algo semejante con las cartas de amor?

¿Que lleguen al domicilio de los destinatarios enamorados cuando ya es demasiado tarde, es decir, cuando las novias o los novios rechazados hayan muerto de dolor al cabo de unos días, o se hayan suicidado por amor el mismo día del rechazo amoroso?

Nunca sabremos si alguno de los sobres de esas cartas certificadas escondían una flor marchita. Ni tampoco si contenían unas palabras de arrepentimiento, perdón o implacable sentencia.

¿Qué decía aquella última carta certificada? ¿Justificaba el rechazo y el desamor, o, por el contrario, hacía revivir el amor?

¿A dónde van a parar esas cartas de amor o desamor, que no serán jamás leídas por el destinatario?


2 comentarios:

una lectora corriente dijo...

En la esquina del buzón asomaba un sobre que no dudó en recoger. Era una carta para alguien desconocido en el edificio de solo tres plantas, donde se conocían todos los vecinos. Por lo que se atrevió a abrirlo y leer la carta. Tras la lectura y de haber reflexionado mucho sobre el texto, no supo nunca si se trataba de una carta de amor, de la copia de una prosa poética de un buen escritor o de una carta en la que, quien la firmaba, aseguraba que le habían dejado de amar y solo le quedaba la despedida.
Nunca logró descifrar este enigma, pero guardó siempre la carta por si algún día alguien la reclamaba.

en Facebook comparten dijo...

Josep Fernandez del Tarré

Myriam Soteras

Haydee Nilda

Jose Ferraz

Francesc Parcerisas

Jorge de los Santos

Oriol Tomas

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Elisenda Guasch