Foto: J.X.
El doble y triple fondo de las palabras.Agarrarse a una palabra ardiendo. A una palabra que arde.
Debes sostenerte en ella, agárrate como puedas a una punta, a la primera o última sílaba. Agárrate bien. Si no te sueltas de esa punta, podrás llegar a la otra punta, al otro extremo de la palabra. Y matar el tiempo.
Desde la palabra, agarrado a ella, ahora por los dos extremos, como si fuera una rama fuerte, matarás el tiempo. La rama no se romperá, y si tú resistes, te será dado transformar tus movimientos en el vacío y evitarás la caída o las recaídas.
Ahí agarrado, en los extremos de la palabra como si fuera una rama resistente, podrás convertir los movimientos en ejercicios breves de eternidad, en instantes de eternidad.
3 comentarios:
Muy bueno: EL OFICIO DE ESCRITOR lo has descrito en este relato como si se tratara de salvar una prueba literaria, para reconocer la literatura sin límites.
Un relal tan surrealista com bell.
Recorrer a las palabras para no caer en el abismo, sujetarse fuerte a ellas para olvidar o recordar, es un buen recurso para quien sabe hacer buen uso de las palabras y crear emociones y relatos bellos como éste.
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