Foro: J.X.
No
es que él no pudiera amar, contestaba cuando alguien le preguntaba
algo sobre el hecho de que él no parecía nunca estar enamorado, o
querer a alguien más o menos, como suele ser lo normal en este
mundo.
El
problema es que él no podía decirlo. No podía decir: “Te
quiero”.
A
los sumo, cogía el brazo de la otra persona querida y podía
apretárselo con suavidad, como prueba de cariño. “Amor”,
“enamoramiento”, eran palabras mayores que él no se atrevía a
pronunciar. Aunque las cosas hubiesen sido favorables y él hubiera
sentido un enamoramiento exagerado o algo semejante, tampoco en este
caso hubiera ido más allá del acercamiento al brazo de la otra
persona y, como máximo, apretárselo un poco, suavemente.
Como
es lógico, esa manera amorosa (él prefería decir “cariñosa”)
de proceder, no sólo no facilitaba la comunicación sentimental,
sino que además conseguía todo lo contrario, provocando mil y un
malentendidos: no todo el mundo está preparado para recibir “un
apretón cariñoso en el brazo”, en lugar del vulgar apretón de
manos, advertía, con tristeza.
¿Cuántas
veces le había apretado el brazo a la novia muerta cuando vivía,
así como en aquellos largos días de la agonía? Muchísimas,
innumerables veces. Pero hablar, lo que se dice hablar de amor, con
palabras, besos y otras muestras palpables de amor normal, muy poco,
casi nada, o nada, seamos sinceros, murmuraban algunos familiares en
el Hospital, a escondidas. Él lo oía todo, pero no decía nada, se
hacía el sordo, y miraba alrededor, desolado. No comprendía que los
demás no pudieran entender sus pruebas de amor silencioso, de cariño
táctil, más allá de las palabras, unas palabras que él no había
aprendido a pronunciar nunca.
Sólo
sabía mirar y apretar el brazo de la otra persona, como si fuera una
variante de aquellas imposiciones de manos que celebraba su tía
paterna, la curandera, la sanadora del barrio, que curaba los celos
amorosos de los niños pasándoles la mano por la cabeza, sin
tocarlos, apenas rozándoles los cabellos, con toda la delicadeza que es posible expresar en este
mundo cuando tienes el alma en las manos.