martes, 31 de mayo de 2022

UNA VIDA

Foto: J.X.

Aseguraba que vivía en un sinvivir, en un desvivirse.

En un decir sin decir, en un desdecirse constante.

Una vida emparedada, envilecida a cada instante entre malentendidos.

Como un muro infranqueable, detrás del cual hay prendas desteñidas tendidas al sol, en el balcón de una calle donde apenas toca el sol.

Un lamento resquebraja el cristal de las aguas nocturnas.

Sin embargo, ¿cuál es el milagro? Resistir, resistirlo todo. Aunque los recuerdos se resquebrajen en diminutos cristales que no reflejan, sino a trozos, las ilusiones muertas. Resistir, con todas las ausencias tiradas por el suelo, llorando, desprendidas de los espejos empañados, rotos a golpes en mil pedazos.



domingo, 29 de mayo de 2022

ERA EL SILENCIO

Foto: J.X. 

Andaba unos cuantos pasos y hablaba con ella. No importaba el ruido de la calle. Él podía escuchar muy bien la voz de ella, que le respondía desde la distancia, desde algún escondrijo de un bosque lejano.

Si se adentraba en un bosque cualquiera, a los pocos pasos oía ya otra vez aquella voz lejana, pero como si ahora la voz estuviera más cerca.

Buscaba por el bosque, debajo de los matorrales, en las ramas de los árboles, entre las piedras, junto a los ríos, pero todo era en vano, ni rastro de ella. Allí no había nadie, excepto él, que hablaba solo con aquella voz que venía de lejos, aunque parecía cada vez más cercana. ¿Era una ilusión creada en el bosque por el eco de la voz misteriosa? ¿O era el silencio agitado por el viento en las ramas de los árboles? 

Era el silencio.

Todo era silencio, agujereándole el corazón, el trozo de corazón que le quedaba desde que ella, la novia muerta, fue más allá de los bosques, llegó al mar, se descalzó y desapareció.


miércoles, 25 de mayo de 2022

CARTEL EN LA PARED DE UNA CALLE: "SE BUSCA, VIVO O MUERTO"

 Foto: J.X.

A veces confesaba que tenía cuentas pendientes y era un gran deudor.

Había apostado todo el capital de su inocencia y había hecho grandes estafas de amor.

Le perseguían los acreedores del pasado.

Ella también le había dado todo su crédito, le había entregado todo el amor que tenía reservado, y él lo había malbaratado aquí y allá, en lugares remotos y sombríos.

Ella era la principal acreedora de ese amor que él no supo valorar en su momento. Ahora se ocultaba malherido, víctima de los ajustes de cuentas con que se vengaban los justicieros de todo ese amor perdido.

Aunque ella lo protegía de la persecución y de las amenazas de los justicieros, defendiéndolo una vez más, contra todos, pese al mal causado, él ya no era el mismo y, aunque seguía huyendo bajo el amparo de ella, esperaba que le alcanzara pronto el golpe definitivo, mortal, en el próximo ajuste de cuentas.

Desde entonces, pues, sería objeto de caza y captura, vivo o muerto, por haber corrompido y malbaratado el corazón, por haber prostituido el regalo misterioso del amor que había recibido.

Dos flores de sangre encubren el silencio del resto de esta historia.

viernes, 20 de mayo de 2022

LA INDIGNACIÓN Y El DOLOR SUBÍAN Y BAJABAN POR LA ESCALERA

Foto: J.X. 

Estar más p'allá que p'acá”, como decía la vecina gitana que malvivía en el entresuelo de un viejo edificio, donde entonces vivían también mi amigo y su novia, en tiempos de penuria.

La gitana era una joven muy bella, madre de una niña y un niño. Su marido era un déspota que le marcaba el cuerpo a palizas.

La novia de mi amigo, cuando aún no se había ausentado y perdido en el bosque para siempre, subía y bajaba la escalera, indignada, preocupada por la vecina gitana, y llamaba a la puerta del entresuelo para enfrentarse al marido, o avisaba a la policía. Pero todo era en vano: ella, la joven gitana, siempre afirmaba que se había caído y se había golpeado en la cara y en los brazos.

Día a día, aunque con muchas dificultades, mi amigo y su novia fueron pacificando el trato con la familia gitana, sobre todo mediante la mujer y los dos hijos. Mi amigo, fantasioso y temeroso, pensó que así podría evitar que le asestaran un posible navajazo. 

Con la nueva relación, pues, mantuvieron al marido en una cierta calma (una calma difícil, por otra parte) cuando vio que aquella pareja de vecinos apreciaban a sus hijos y les regalaban lápices de colores, libretas y cuentos para dibujar y pintar.

Un día, casi por sorpresa, sin decir nada a nadie, la familia gitana se trasladó a otro barrio. Tiempo después, los periódicos informaban que él, el marido gitano, fue asesinado a disparos en un reyerta entre clanes familiares.

Esto sucedía cuando la novia de mi amigo no era la novia muerta, la novia que desapareció en el bosque para siempre, la novia que subía y bajaba por la escalera, indignada, sufriendo por la vecina gitana. 

Una mañana de abril, en la barandilla de la escalera, había una enramada de flores de papel, desde el entresuelo al segundo piso. Travesuras de felicidad de la jardinera ausente, la novia muerta.

Nunca más hubo flores en la escalera.


miércoles, 18 de mayo de 2022

EL AZAR Y LA MUERTE (Dos cuentos)

Foto: J.X.


Cuentos escritos en una pared.

CUENTO DE HADAS

La suerte está echada y los dados trucados no le han sido favorables.

La suerte tenía otros pretendientes.

No querer despertar al día siguiente, no querer despertar más.

No sabemos cuánto medía la profundidad de su tristeza. No lo sabemos. Ni lo sabremos nunca.

Hablaba con las flores y decía:  "A veces pienso que hubiera sido mejor no conocerte. Así no habría encontrado la bondad y la belleza de una desconocida, en invierno, con una boina afrancesada y un abrigo verde, en una tienda de la calle Escudellers."


CUENTO SINIESTRO

La muerte del ser más amado, le hizo regresar en el tiempo, volver a su juventud, a un pasado de amor y fracaso.

Le hizo volver y revivir aquellos años de destrucción en que, todas las noches, echaba unas monedas en la máquina de discos del bar las Tres Sevillanas, y escuchaba los desgarros de cante hondo de Manolo Caracol, Camarón de la Isla, Fosforito y Chocolate. Escuchaba una y otra vez, de espaldas al mundo, de pie ante la máquina de discos, abstraído, sin hablar con nadie del bar, escuchaba aquellas voces quemadas, desgarradas, en una calle estrecha del barrio viejo del puerto.

He perdido el corazón, le decía a su amigo de la infancia.

¿Todo el corazón?, preguntaba el amigo.

Todo, todo, respondía él. 

Hice apuestas demasiado arriesgadas y perdí todo el contenido del corazón, aquel pequeño tesoro que, en mi infancia, me entregó mi madre a escondidas de los demás, para que lo guardara.


lunes, 16 de mayo de 2022

EL PASEO

Foto: J.X.

Me dijo:

“Salí a dar una vuelta. Ya era de noche. Sentí un escalofrío. Una mano fría me daba la mano, como si la novia muerta ascendiera de la tierra y viniese a pasear conmigo, poniendo su mano entre las mías.”

Me sorprendió su confesión.

Al salir del bar y despedirnos, sentí su escalofrío en mi mano.

domingo, 15 de mayo de 2022

SIN EL CONTENIDO DEL CORAZÓN

Foto: J.X.

Trabajar con restos..., restos de poesía.

Sin el contenido del corazón, pero con un resto de alma fluyendo extraviada por la red de las venas.

Laberinto de venas abiertas..., ahora cosidas..., no, embastadas (a medio coser, no en vano su madre y su “tieta” habían estudiado “Corte y Confección”). Con las venas embastadas, luego de haberse derramado ensangrentando una rosa blanca, una rosa solitaria que había florecido casi en secreto en el musgo de una esquina. 

(Si él se hubiera suicidado -pensaba después-, también habría matado el amor por ella. Continuaría viviendo, pues, a pesar de todo y sin tener ganas de vivir, para que no muriera el amor que la vivificaba a ella. Como un homenaje. Ahora viviría para sentir la muerte donde habitaba ese amor, el perfume de las últimas flores.

Hasta el final de todo, hasta morir ambos: él y ese amor que se habría resistido a la muerte voluntaria.

Hasta el final de todo.)



sábado, 14 de mayo de 2022

ESA COSA DE LA VIDA

Foto: J.X.

La vida ya no iba con él.

La vida era cosa de los otros, esa cosa de la que hablan los demás, pero que no iba con él.

Desde que la persona que le capacitó para amar se ocultó en la frondosidad de los bosques y no volvió a salir, la vida ya no iba con él.

jueves, 12 de mayo de 2022

DESPUÉS DEL NAUFRAGIO, A LA DERIVA POR LAS AGUAS SOLITARIAS DEL MAR

Foto: J.X.

¿Qué más pueden hacer las palabras

manchadas de tanta sangre,

cuyas letras sanguinolentas

circulan perdidas, envenenadas,

por el enramado de la venas?

Después del naufragio,

a la deriva por aguas nocturnas, solitarias,

¿qué más pueden hacer las palabras

sino callar el dolor, ahogar el grito

en las profundidades del mar?

domingo, 8 de mayo de 2022

¿UN CUALQUIERA?

 Foto: J.X.

Cuentan que fue la pasión y muerte

de un cualquiera.

Pero el cuento ignora

que aquel dolor

no fue un cualquiera.

Un dolor cualquiera.


viernes, 6 de mayo de 2022

REZAR

Foto: J.X. 

Sólo queda rezar.

¿Rezar qué? ¿Rezar a quién?

Silencio. Silencio.

Rezar un verso, o dos o tres palabras, o una mezcla de silencios. 

En cualquier lugar, en casa, en la calle, en la iglesia, en los bosques, sólo queda contemplar y rezar.

Rezar sin esperanza.

Rezar el silencio, sin saber lo que rezas.

Y que salga una flor en cada herida. Las últimas flores.

Desconsuelo, al llegar el tiempo de las últimas flores. Todo era desconsuelo.

Crucificado por amor, fue rescatado y salvado por amor, a pesar de sí mismo, hasta que la muerte se interpuso.

Entonces, con las últimas flores, quiso vivir muerto cuando ella desapareció en el bosque para siempre.

Amor enraizado en una muerte que florecería entre las piedras. Con las últimas flores.

La puta vida, la puta muerte, arrancando las últimas flores.


jueves, 5 de mayo de 2022

EL ÚLTIMO INSTANTE

Foto: J.X.

En un instante

lo había perdido todo.

Un instante

de vida y muerte.

Y, desde entonces,

le faltaba la vida,

le faltaba la muerte.

martes, 3 de mayo de 2022

SIN RASTRO

Foto: J.X.

Por mucho que él anduviera, no dejaba huellas.

Pese al bulto que arrastraba, no dejaba ningún rastro en el polvo de los caminos, ni en la arena de las playas, ni en el suelo de las casas, ni en la suciedad de las calles de la ciudad.

Como si él y el bulto que arrastraba no hubieran pasado jamás por ningún lugar.

Andaba por andar, según el viento, como las nubes, sin destino alguno.

Como si nunca hubiera existido.

¿Qué bulto arrastraba?, se preguntaban quienes lo veían pasar arriba y abajo.

Pero todo era silencio.

Ya era demasiado tarde para hacer preguntas.

Uno de los cuatro amigos que aún le quedaban, explicaba a los curiosos del barrio, que ya de joven, por culpa de un mal de amor, andaba por las calles sin corazón, y de ahí que no dejara huellas, que no dejara ningún rastro al andar.

Porque había perdido, ya entonces, en su juventud, el peso del corazón.

Andaba y andaba, hasta caerse muerto. Pero luego se levantaba y seguía andando.

Hasta que un día cayó en un matorral de flores silvestres y malas hierbas, y las hojas y los pétalos lo cubrieron para siempre. 

Dicen que lo que acabó con él no fue un sueño de amor, ni una tristeza amorosa, sino un desgarro del alma. Puro desgarro. Le faltaba la vida. Le faltaba la muerte.



domingo, 1 de mayo de 2022

APOYADA EN UN ÁRBOL...

 Foto: J.X.

No hay escapatoria: al final del camino, apoyada en un árbol (¿tal vez un almendro en flor de la infancia?), le espera desde hace tiempo su amiga noctámbula la desolación.

Al final del camino.

Un día escuchó en la calle: "Ya no estás dentro de mí. No tengo sitio para ti."

Al final del camino puedes escuchar frases como ésta.

No hay escapatoria.

Le espera desde hace tiempo

su amiga noctámbula la desolación,

apoyada en un árbol

(¿tal vez un almendro en flor de la infancia?)