lunes, 12 de octubre de 2020

EL CAJÓN DE LOS OLVIDADOS


Abrir el cajón de un viejo armario, arrinconado en favor de otro armario, con estanterías y cajones más modernos y prácticos, y hallar unos recuerdo olvidados: una cajita “Bambi”, con dos o tres lápices de colores de doble punta afilada, cada una de un color diferente. Unos cromos, con el álbum inacabado (siempre falta el mismo cromo para terminarlo).

O un cuaderno escrito y dibujado para salir a la aventura, con safaris y descubrimientos de cuevas ocultas y minas de diamantes en la selva. O para viajar en un barco pirata en busca de la isla del tesoro, enfrentándose los navegantes a mil abordajes de los corsarios del rey o de la reina -había que distinguir entre la bandera pirata negra con una calavera y las banderas de los corsarios, que eran otra clase de piratas al servicio del rey o de la reina de turno-, sin contar los mil peligros del mar y sus tempestades, ballenas y tiburones.

O hallar, después de tanto tiempo, camuflado entre algunas revistas de cine y amores románticos, un disco pequeño de cuatro canciones, lo que se llama un “single”: por ejemplo, éste, de Françoise Hardy, o este otro de Paul Anka, con aquellas primeras canciones en que destacaba el amor imposible, el corazón sangrante del muchacho solitario enamorado: “Lonely Boy”, “Canta, canta, canta”, “Tu amor” y “Prohibido”.

Más otras cosas olvidadas en el cajón de un viejo armario, que tanta ilusión y felicidad nos dieron en aquellos días, y que ahora reposan calladas y tristes, perdidas entre la soledad y el polvo de otros objetos ausentes, marginados de la vorágine de la vida cotidiana.

Hasta que, de súbito, un día despiertan al contacto de una mano y de una mirada, y rasgan la pátina de tiempo que los cubría, aquí, en el cajón de este viejo armario, dentro de una habitación de otra casa, que ya no es la casa de la infancia.



1 comentario:

insurrecta de las palabras dijo...

Este escrito sobre "el baúl de los recuerdos" ,me ha transportado a mi también a una época mas feliz ,François Hardy, Sylvie Vartan, los tebeos "Florita", "Claro de luna" (estas colecciones para chicas), alguna figurita regalo de alguien querido, y la carta de un novio que, además de la carta, dejó muchos otros recuerdos.
Todos hemos sido jóvenes y ahora descubrimos un armario escondido.