lunes, 27 de marzo de 2023

ESPECTRO DE ABSORCIÓN

Foto: J.X.

Absorto, contemplas las ramas que surgen de la vertiente rocosa del abismo, de las que el mundo nos cuelga de las manos para hundirnos más y olvidarnos, allí, suspendidos, con las manos atadas y los pies al aire haciendo equilibrios.

Colgados en el abismo, quizá por última vez contemplando las ramas que brotan en la vertiente rocosa del abismo, contemplando las líneas negras del vacío, acaso por última vez, absorbiéndonos.

sábado, 25 de marzo de 2023

LA VISITA DEL SILENCIO

Foto: J.X.

I

Hoy has ido a visitarla y le has dicho pocas palabras. Como si en la visita te hubiera suplantado el silencio.

En la vida, a menudo, cuando se nos precipita encima el peso del silencio lo transformamos en parloteo de pájaros, en palabras de vuelo rasante, como alas, pero convenientes, para salir volando del apuro y dejar atrás el peso del silencio.

Pero al visitar a la muerte, da lo mismo hablar que no hablar, puesto que la palabra será el silencio disuelto en el aroma de las flores que embellecen el escondrijo, hasta el fondo. Es el escondrijo que sólo reconocen los enamorados difuntos.

Enamorados muertos a los que ya nadie busca, excepto algún enamorado que malvive aún de la caridad de la memoria, o de su intransigencia evocadora. Puesto que la memoria no siempre es de fiar. Es delatora y dispone además de mecanismos de tortura para someterte, para sacrificar todo el tiempo en que malvives.


II

Ella, la visitada, será perfumada y entenderá lo que, en vuelo bajo, a ras de tierra, dicen las alas heridas que remueven la ceniza bajo las raíces, con devoción de amor imposible. 


miércoles, 22 de marzo de 2023

VIVIR A EXPENSAS...

Foto: J.X. 

I

El malvivir te extrajo el corazón y lo devoró.

¿El malvivir? ¿Qué malvivir?

El malvivir, tu propio malvivir, entre alucinado y enlutado, te sajó las costillas, extrajo el corazón y lo devoró.

El tejido de luto, salpicado de vergüenza, es empapado y teñido de rojo por la sangre amorosa que te sale al encuentro y se derrama en el lugar vacío del corazón.

Es otro modo de malvivir, éste, el que ahora malvives con el corazón devorado, a expensas de ese amor secreto que brota entre las flores y te nutre. No puedes negarlo: malvives de la muerte. De la muerte de ella, en cuya sangre amorosa se transparenta el vacío que tienes en el lugar del corazón.

No entiendo nada. Pues yo tampoco. Sin embargo, aquí estamos: el alma ha salido, se ha ido de ronda, o de visita, y no sabemos si volverá.

Es lo que pasa con esa cosas del corazón, es lo que pasa y no vuelve. Un día tropiezas en una calle oscura, y a causa del golpe te quedas vacío por dentro, sin entrañas, sin corazón. Y el alma sale de casa y no vuelve.

Desde entonces, sin corazón, vives a expensas del amor cuyas flores vienen de la muerte. De la muerte de ella.

Recuérdalo siempre. Recuerda quién te rescató de la trampa del suelo en que habías caído, atrapado en ella años y años, hasta que una sangre amorosa te mantuvo en pie, sin corazón, es verdad, con el cuerpo vacío, es verdad, pero amando de algún modo, a expensas de las flores que brotan en tierra de nadie, en tierra devastada, y que siguen floreciendo a expensas de la muerte. De la muerte de ella.


II

Con el alma agarrada a la cola de una palabra buscando una salida, o pensar en ella, en la salida, en la aparición de la novia muerta, y continuar viviendo así, amando a expensas, a costa de su muerte, entre las flores reveladoras, malvivir de su muerte y encarnarla aquí, en el lugar vacío del corazón.


¿Quién eres, que hablas tanto? ¿Quién?


sábado, 18 de marzo de 2023

CAMBIO DE FLORES

Foto: J.X. 

Hoy cambias las flores.

Hay recambio para las flores de la novia muerta.

Hay recambio para las debilidades del corazón.

No hay recambio para la memoria.

Ni para la sangre derramada hasta morir en la calle, o muy lejos, entre las flores.

Ni para el alma.

Balbucear una plegaria de silencios en el vacío no es lo mismo que rezar con fe, o cierta fe. No todos podemos rezar  en una iglesia. Ni recambiar la memoria o el amor como si fuera un cambio de cromos repetidos, ni obtener un recambio de purezas infantiles, de ilusiones troceadas, usadas. Todo cambia, es verdad, cuando empiezas a morir joven, con todos los sentimientos por el suelo. Todo cambia, cuando las gotas de sangre que caían en el mostrador de mármol de una tienda (carne despiezada, corazón y alma colgados de los ganchos) comienzan a caerte sobre la piel.

Y te quedas petrificado, un coágulo en la piedra, infancia y juventud condenadas y encadenadas en la sangre petrificada, desamada.

Aunque sí que puedes esperar sentado en una iglesia, sin nadie o casi nadie, sin rezar, solo, esperando en vano, sentado, permaneciendo en silencio, amando en solitario a quien mal amabas porque habías olvidado amar. Porque llevabas el amor como un colgajo, como un despojo que te había quedado dentro, colgando, amor despellejado desde aquella noche de pena y perro en que ella, viajera, aún no había llegado de Grecia a la cita secreta, con su nombre liberador y la mano abierta, siempre abierta.

Hoy cambias las flores para ella, que no está aquí, ni en París, ni en Grecia, ni en el sendero de un bosque, pero las cambias para ella, que amaba las flores y que te hizo amarlas desde el amor despellejado que te esclavizaba.

Porque fue ella quien te rescató del desamor, del olvido del amor y sus colgajos, y te hizo amar.

Porque es ella quien te hace amar.

Aunque no esté, es ella quien te rescata de sí misma, de su propia muerte, y te hace amar en territorio de cautividad.

Es la sangre amorosa de la mano abierta, rasgada con espinas de zarza, que humedece tu alma petrificada y derrite la prisión de hielo que te encierra.

Es la sangre amorosa. 

miércoles, 15 de marzo de 2023

PRÁCTICAS DE SEDA PARA EL FUTURO

Foto: J.X. 


Cuentan que, ya de joven, cuando estaba de buen humor, se tiraba al suelo y se arrastraba como un gusano de seda. Si le preguntaban qué hacía, respondía que estaba haciendo "prácticas sedosas para el futuro”.

Cuando estaba malhumorado, triste, desconsolado, merodeaba por las callejuelas, por los callejones sin salida, retando a la muerte.

Había sido un enamorado efímero a lo largo de su vida. Sin embargo, la primera y la última vez fueron enamoramientos peligrosos, trágicos. Sobrevivió al primer amor. Pero cayó de bruces en el último amor. Desde aquellos día se arrastraba por esquinas desconchadas, como un gusano de seda que hubiera caído de un tallo quebradizo y ahora se arrastrara por la tierra, con temor a ser aplastado por un zapato cualquiera, sin escapatoria, sin salida posible.

Él, al levantarse del suelo, sosteniéndose a duras penas, ya no semejaba aquel gusano de seda, sino una mariposa clavada con un alfiler en una libreta escolar, pulverizadas las alas en la mano de un niño. 

(Alas rasgadas, hechas polvo. No en vano había hecho “prácticas sedosas para el futuro”.)

martes, 14 de marzo de 2023

ALARGAR LA VIDA DE LAS PALABRAS

Foto: J.X. 

Añadir unas palabras más y alargarlas: a ver si llegan hasta el poema de mañana.

Pendía de un hilo, todo..., colgaba, todo, como de una tela de araña...

Rota, una telaraña rasgada..., una vida entretejida con desgarros..., hay rasgaduras que hieren, infectan y matan..., espinas de rosa, espinas venenosas en la tela de araña rasgada, donde son prendidas y mueren las palabras alargadas.

Añadir unas palabras más y alargarlas hasta la rosa de espinas, en cuya tela de araña caerán y morirán envenenadas las palabras alargadas en el poema de hoy, de ninguna mañana.


viernes, 10 de marzo de 2023

TALLER DE SOMBRAS Y FILIGRANAS

 Foto: J.X.

La cita con un ser vivo -argumentaba- suponía la posibilidad de vivir, de seguir viviendo con normalidad.

Nada que ver, pues, con las citas y encuentros rotos que él recomponía en un sótano regentado por marionetas de madera.

La cita con ella en el jardín de los difuntos, era, por el contrario, un encuentro con la vida y con la muerte al mismo tiempo.

Puesto que, después, al separarse en el jardín, los dos tendrían la posibilidad de aparecer en la memoria. Aparición que se cumpliría mientras él pudiera vivir de la muerte de ella.

Mientras tanto, en un taller de sombras cortadas a medida, un payaso, extenuado en pistas de circo y teatrillos, se cosía al traje una sombra para la última función, "prevista antes de colgar del armario y olvidar el traje cosido a una sombra" -señalaba, pintándose la cara por enésima vez.

Más allá, una gaviota picoteaba la cabeza de una paloma que había cazado, y su diminuto corazón, también picoteado, caía a trozos del pico de la gaviota a la boca de una alcantarilla. No es, no puede ser ni se puede decir que los trozos de corazón muerto, devorado, se desprendían como si el viento le arrancara pétalos a una flor: había la devoración, una prueba de sangre.


jueves, 9 de marzo de 2023

CUERPO DE BAILE

 Imagen: Recortable


Recortaba unas palabras escritas en un papel.

Una vez bien recortadas las siluetas, las extendía sobre la mesa del bar y las embastaba en rojo con una aguja de coser.

A continuación, las enderezaba y, accionando el hilo rojo, las ponía en movimiento para que dieran pasos de baile. en volandas, sobre la mesa.

Si un curioso del bar le preguntaba el precio de una de aquellas siluetas de papel, el contestaba que no podía venderlas: eran de un valor incalculable, impagables.

El curioso se alejaba sonriendo con malicia, guiñando un ojo al dueño del bar, convencidos ambos de que el animador de palabras era un pobre alucinado.

Cada día las palabras eran distintas. Sin variar, no obstante, el color del hilo con que las embastaba, el rojo, siempre el rojo.

Distintas, pero con la excepción de cuatro palabras, que eran cada día las mismas, destacando en el cuerpo de baile, en primera fila:

                        Extraviado Busca Sangre Amorosa



jueves, 2 de marzo de 2023

PÁJAROS EN LA GARGANTA

Foto: J.X. 

I

Decían y volvían a decirlo, que tenía el alma en las cuerdas vocales, en la voz, en las palabras.

Cuando le falló el cuerpo y lo enterraron en la más absoluta soledad y pobreza, decían y volvían a decirlo quienes vivían más cerca del cementerio, que, algunas noches, sonaban trozos de alma en sus cuerdas vocales, como si cantara un pájaro bajo tierra.

De vez en cuando había un buen vecino que iba al cementerio y hablaba un rato con él. 

Después, al volver, contaba en el vecindario que lo había encontrado como siempre, cantando, aunque tal vez con la voz un poco afónica a causa de la humedad de la tierra, pero aun así no cesaba de cantar, comentaba el buen vecino. 

No es fácil encontrar en la ciudad un vecindario que ame a los pájaros que cantan bajo tierra.


II

Cuando el cuerpo cae al vacío, la flor cuya ceniza estaba oculta bajo la piel, es recogida al vuelo por el viento y conducida al bosque donde florecerá en el corazón de piedra que alguien, un desalmado, abandonó en un matorral del bosque. 

Dicen que es entonces cuando los pájaros descienden de las ramas de árboles y arbustos y cantan bajo tierra, entre las raíces. 


miércoles, 1 de marzo de 2023

CON UN LÁPIZ EN LA MANO

 Foto: J.X.

Le gustaba contar que escribía en la mesa de un bar como si estuviera actuando en un teatro. Para llamar la atención de algunos clientes, sobretodo de aquellos que le resultaban más simpáticos.

Al escribir así, a la vista del público, podía mostrar su soledad sin que nadie adivinara su verdadero propósito; sin decir abiertamente que estaba solo y abandonado en la vida

Ponía una hojita de papel sobre la mesa del bar, y con un bolígrafo o un lápiz -le bastaba un trozo de lápiz- escribía una frase o un verso. Movía la cabeza y miraba a lo lejos buscando inspiración, gesticulaba con el pequeño lápiz entre los dedos, seleccionaba gestos delicados como si quisiera mostrar en público sus sentimientos, pero de forma velada. De tal modo iba exhibiendo su soledad, su fragilidad en medio de este mundo. O por lo menos, esto es lo que él creía al hacer aquella representación: un escritor que necesita protección, un poeta que refugia su desolación en la mesa del rincón de un bar.

¿Era su comedia una acción de demanda, un gesto de requerimiento amoroso, una plegaria escenificada?

¿Un grito callado en el vacío, un grito de socorro disimulado en el interior de un bar?

¿Acaso creía que si se fijaban en él y miraban con atención cómo escribía en la mesa del bar, con un lápiz gastado en la mano..., o haciendo ver que escribía..., acaso imaginaba que con esta representación el público asistente se interesaría por él, por su vida, por su obra, y que tal vez algunos de los clientes, los más simpáticos, comenzarían a quererle un poco más?

¿Acaso había alguna palabra o alguna mirada ajena que pudiera redimirlo de la realidad?

¿Había alguna palabra para él, un humilde farsante del alma?