DISCUSIÓN
EN EL BAR SOBRE LAS BOLSAS DE PLÁSTICO
Por si no hubiera
suficientes tragedias y problemas, los políticos europeos nos dicen
que seremos corruptores de la Naturaleza si nos atrevemos a utilizar
una bolsa de plástico, comenta el politólogo del barrio.
Ahora
nos preocupan más las bolsas de plástico que los inmigrantes
ahogados, dice la sobrina de la peluquera.
Bueno, tampoco seamos
tan demagogos, las bolsas de plástico contaminan el mar y la tierra,
explica la hija de la bibliotecaria.
¡No contaminarán tanto
como las corruptelas y prevaricaciones de nuestros políticos!,
indica la hermana del informático.
¡No ponga bolsas de plástico
en su vida!, nuevo slogan político de las campañas inútiles, dice
el humorista del barrio.
¡A no ser que las pague! Si las paga,
tendrá todas las bolsas de plástico que quiera, o sea otro negocio
más, salta la nieta del anarquista
Escribiré, como Pablo Neruda,
una oda elemental a la bolsa de plástico, bromea el poeta romántico
del barrio
¿Dónde pondremos la sardina fresca y el
bacalao?, pregunta la dueña del bar.
En hojas de periódico, como
hacía mi abuela, responde la librera del barrio.
Por favor, hay
que respetar a nuestra madre, la Naturaleza, advierte la fiscal del
barrio.
Exacto, y comer verduras de proximidad, añade la cuñada
del dentista.
¡Esas verduras y frutas ecológicas, que siempre
son más caras!, añade la dueña del bar.
¿También estarán prohibidas las bolsas de plástico para llevar dinero a los paraísos fiscales?, pregunta la sobrina de la peluquera.
¡La madre que nos
parió, virgen y santa Naturaleza, con sus terremotos, tsunamis, huracanes, incendios, inundaciones!, exclama finalmente el humorista.