Como decía Bartleby, "prefiero no hacerlo". Prefiero, quiero decir, no conocer personalmente a los poetas y así, por lo que vengo leyendo en este blog, me evito una decepción más en mi vida. Leer sus poemas, y basta. Creo que esta es una forma de leerlos sin contemplaciones, sin mitificaciones, y no esperando demasiado de sus "iluminaciones" (sólo me mostraré condescendiente con Rimbaud y su familia, y no aceptaré merendar con ningún otro poeta, con ninguna otra familia).
Mientras tanto, querida Joven compositora, querida MCM, querida Colombina, querido A.G.-F., queridos todos, escucharé a mis cantantes de folk-rock, a mis músicos de rock-sinfónico.
¡Cuanta ingenuidad, dios mío!, no de la compositora desorientada, que ella va bastante encaminada, sino de los comentarios que han suscitado sus preguntas. Habéis picado y el anzuelo ya lo tenéis mas allá del esófago. Las preguntas de la niña musical no son nada ingenuas, son bastante malévolas en su aparente inocencia. El problema no es si hay buenos poetas malas personas o viceversa, que es algo que no merece comentario porque ya sabemos que es así. El problema que plantean las preguntas de la joven es el del lector. Hay lectores para todos los gustos y para todos los disgustos. La niña mala quiere saber si hay un poema que esté a la altura de su valor compositivo. Ella es el juez lector. ¿Porqué no hace la proposición al revés y se pregunta si con su música será capaz de hacer buena una mala poesía? O bien, si su música es merecedora de un buen poema.
Queridos pensionistas, para desearos un buen pasaje de año os regalo esta grabación. Felicidades.
En pleno debate de la Pensión Ulises sobre el tema de la autenticidad poética y los buenos y malos poetas, me permito solicitarles una guía o brújula para atravesar las turbulentas aguas de mi odisea como lector.
La propuesta es ésta: ¿Sería posible obtener de algún modo una lista de buenos poetas, aunque sean malas personas?
Así ganaríamos mucho tiempo tanto los lectores como los poetas, y no perderíamos el rumbo en el océano de las aguas literarias, sean éstas transparentes o subterráneas, y nos dejaríamos de falsos cantos de sirena.
Una simple lista de nombres y obras sería más que suficiente, y una gran ventaja para los lectores jóvenes, nuevos Telémacos, que no se verían obligados a buscar por las caóticas librerías y a leer sin ton ni son.
¿Para cuándo esas listas de poetas, UNAS LISTAS DIDÁCTICAS que nos puedan orientar en nuestro viaje? Pues, de lo contrario, deberemos esperar a ser todos póstumos y que la posteridad ponga a cada uno en su sitio. Y lo peor es que, entonces, no podremos disfrutar con los vivos de esas listas, y sólo nos quedará la esperanza de ser convocados por alguna espiritista en torno a la mesa de la vida poética: conocer, al fin, lo que los poetas y críticos opinan de los poetas y críticos. Pero entonces ya seremos todos lectores póstumos.
¿Nadie se atreve a opinar en público y "decir" lo que "no dicen" los suplementos y revistas de los Poderes Culturales?
Ánimo, quítense la cera homérica de los oídos y escuchen a la vida, que es breve y largo el arte, como dicen los poetas adultos. Me muero de curiosidad.
No sé si se trata de una inocentada o de una ingenuidad, como dice El otroRimbaud, o de una ingenuidad perversa, lo que pregunta Una joven compositora sobre el tema de la autenticidad en la poesía. ¿O no será que padece una idealización de los poetas, como sugiere MCM? Como decía un título de Enrique Jardiel Poncela, “Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?”
Ayer, al leer de nuevo el blog de la Pensión Ulises -cosa que hago habitualmente y lo encuentro más divertido que ir a los tostonazos de presentaciones de libros, revistas y conferencias-, entre el alud de felicitaciones navideñas, que recibo y comparto con agrado, me encuentro con esta pregunta tan puta (perdonen la palabra) sobre la autenticidad. Mi respuesta a tan pura pregunta (y ahora no digo “puta”), es que siendo adolescente se lee con tal pasión que la obra queda engullida por la mitificación que hacemos de su autor. Después, cuando descubrimos al autor en su desnudez personal (creo que otra “pensionista” hablaba de poetas en calzoncillos o bragas), el desengaño es total, y tanto el poeta como sus poemas se van a freír espárragos o lirios. Con el paso del tiempo, cuando envejecemos y nos volvemos todos obscenos (como dice Antonio Machado), por fin sólo leemos la obra y ya no esperamos más del autor.
Quisiera añadir que una mala persona será siempre una mala persona, sea poeta o no, y un buen poema siempre será un buen poema a pesar de su autor. Como dice un refrán, “el infierno está lleno de buenos propósitos”.
Sin más, os deseo una buena entrada y salida de año.
Muy interesante el debate sobre los poetas y la moral, abierto por Una joven compositora y MCM. Aunque tengo poca experiencia en el trato con los poetas, creo que todo viene de un malentendido histórico: exigirle al poeta más autenticidad que a los otros autores o artistas. ¿Por qué esa exigencia? Porque ellos, los poetas, también han sido engañados por las musas y, durante mucho tiempo, han creído que poseían una naturaleza, si no divina, casi sagrada, investidos como pobres sacerdotes de una nueva religión del corazón y todas esas cosas sublimes. Pasado el embaucamiento, que cada uno cargue con el peso de su vanidad. En el pecado está la penitencia, decía mi abuela.
Este texto va dirigido a la joven compositora desorientada cuyo escrito último está lleno de interrogantes más o menos ingenuos.
Los y las poetas como el común de los mortales pueden ser buenas o malas personas. Los y las poetas se preocupan por llegar a fin de mes, por hacer la compra y que no les lleve mucho tiempo, por problemas físicos y espirituales de distinta índole, como el resto de los seres humanos más o menos.
Creo, joven compositora, que lo que le preocupa en su tierna edad es saber qué es un poeta y en qué se distingue un poeta de alguien que no lo es. En primer lugar debo decirle en mi modesta opinión que me da la impresión de que usted tiene una idea del poeta tomada directamente del Romanticismo que ha dado lugar a tantas ideas falsas sobre el arte y los artistas. No el Romanticismo en sí, sino las malas interpretaciones que de él se han hecho y se han transmitido como si de verdades absolutas se tratara. El poeta no es un ser distinto de los demás. El o la poeta es una persona que trata de expresar a través del lenguaje su visión del mundo, sus emociones, sus pensamientos o sus inquietudes entre otras cosas.
Puede darse el caso que por motivos externos el poeta se convierte en el portavoz de determinadas ideas colectivas, sería el caso del poeta social o del poeta comprometido. También sería éste el caso del poeta que se convierte en la voz de los que no la tienen.
El poema no es más que un producto del lenguaje escrito de manera completamente abierta que se presta a la interpretación por parte de quien lo lee. Un buen poema, de todos modos, lleva incluido un código secreto que da la clave de su interpretación, aunque permite también la fantasía.
No se preocupe más por las cualidades morales del que escribe el poema, sino por la belleza del mismo, y busque sobre todo poemas que le digan a usted algo, que le enseñen algo o que le proporcionen placer. Esos serán siempre buenos poemas.
En tu nota anterior, dices que buscas textos poéticos que sean auténticos para tus canciones. Pues bien, yo sólo te diré que también busco una aguja en el pajar. (Por cierto, mientras tanto no dejes de componer, aunque te falte la letra. Las mejores canciones son a veces las que no tienen letra).
Margarita Ruiz, Ilustración para el cuento El ruiseñor
ENIGMA POÉTICO A LA MANERA DE LEWIS CARROLL
Decíamos ayer: Si una mala persona puede ser un buen poeta, ¿una buena persona puede ser un mal poeta? Si es así, ¿qué significa ser poeta?, ¿en qué se distingue?
Y sobre todo: ¿De qué sirve un poema interesante escrito por un poeta irregular que es a la vez una mala persona?
Solución: x
Una joven compositora desorientada que busca textos poéticos auténticos para sus canciones
Me solidarizo con la protesta del gato con botas y el canario vulnerado de la Pensión Ulises.
Mucho ruido y pocas nueces. Os dedico otra clase de música, otras fiestas galantes. Así es, si así os parece, como en el sueño de una noche de verano, iniciemos el baile de esta "Jota", de Santiago de Murcia, con el gato, el canario y los otros animales, en el patio interior de la Pensión, otrora corral de comedias. Vale.
El gaitero barroco del barrio (también doy clases a domicilio)
Se hace saber que el gato y el canario de la Pensión Ulises están ya un poco hartos de tanta algarabía, de tanto jolgorio navideño, con fotos de vedette, artistas de variedades, portadas de tebeos, reproducciones de cuadros y música rock, arriba y abajo el correo del zar y el correo electrónico, por buzones e internet. Sin ninguna consideración ni respeto por los intereses ajenos de los gatos, los canarios y los otros animales, vulnerados en su reposo y que no quieren celebrar la ruidosa Navidad con los humanos, esos pelmazos.
Se hace constar, pues, dicha protesta animal y su derecho al silencio, al descanso.
El gato con botas, el canario vulnerado y 1001 firmas más
FELIZ AÑO NUEVO DE PARTE DE UN PROFESOR DE GUITARRA QUE VIVE DESDE HACE TIEMPO EN LA PENSIÓN ULISES
(Doy clases particulares a domicilio, y en las pausas, para relajar los dedos, leo a Stendhal y pongo canciones de Françoise Hardy -precios razonables, se tendrán en cuenta las situaciones familiares y económicas de cada alumno).
Me es imposible reflejar las realidad de los hechos, tan sólo puedo expresar su sombra.
Stendhal, Vida de Henry Brulard .................................. PS. No soy el profesor de guitarra, pero soy otro pensionista veterano y le he pedido al profesor su permiso para añadir esta postdata en su postal navideña y felicitarles así, a dúo, el Nuevo Año 3009, perdón, 2009.
(Los jueves doy clases gratuitas de jardinería –dos horas-, aquí mismo, en el patio interior de la Pensión, previo acuerdo con el administrador y los restantes vecinos del edificio; y los miércoles, desde hace años, doy un curso sobre la poesía de Paul Celan en mi domicilio particular (es decir, en la misma Pensión Ulises) –espléndida habitación soleada, con buenas vistas, una hora y media de clase, precios a convenir, y en las pausas ofrezco un té con pastas).
Me presentaré: soy la mujer de la limpieza que va los martes y viernes a la "Pensión Ulises" (mi sobrino, que lee novelas y poesía, me llama "la ilustre fregona de la Odisea", y no me molesta).
Ha sido él, mi sobrino, quien me llevó a ver una película que tenía un título que no me gustaba, La novia cadáver, pero luego salí encantada del cine, con aquella historia de amor tan maravillosa. Les dejo con una de sus melodías.
Y les deseo también una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.
Para que en el 2009 seamos mejores que en el 2008 (no sólo los poetas, y con esto respondo un poco a Una lectora joven, por su fe poética, y a Janet Xirgu, por su despiece de poetas).
Ah, y decir que también me solidarizo con los universitarios encerrados de Barcelona, y que encuentro a faltar un Jean-Paul Sartre que los visite, como en Mayo del 68. "La imaginación al poder", decían ayer los mismos que hoy expulsan a los estudiantes de la Universidad. Los "imaginativos" de ayer se conforman ahora con ligeros retoques en el rostro de la realidad. ¿Se han convertido en meros vendedores de afeites del Siglo XXI?
Respondiendo a RR (y de paso también a S. Dedalus) no sé si la pregunta sobre "la bondad y los poetas" está llena de ingenuidad o de perversidad, pero aprovecho esta duda para descuartizar al poeta (como véis, no soy nada poética). El poeta, ese ser aparte entre los artistas que aún se le considera especial, con más sensibilidad que nadie, y ejerce como tal en todo momento, sin reposo, en cuerpo y alma, rodeado de musas. No hay descanso para él, siempre actuando aquí y más allá de las tablas. Desmitifiquemos al poeta, ese ser al cual parece que hay que rendir tributo sensiblero. Silencio, el poeta escribe, no molesten: a ver qué nos depara con su experiencia y sus palabras. Puede ser peligroso.
Asesinemos al poeta, un poeta para el cadalso, despojémosle de vestiduras sagradas, dejémosle en calzoncillos, calcetines y zapatos, sin uniforme de poeta, y que la función comience.
Pero, bueno, ¿quién es ese poeta? Un ser más entre otros, que se diferencia por ese halo de fuego sagrado que se le otorgó antiguamente y del que ahora sólo queda una llamita.
¿Y la mujer poeta? ¿Vemos a la mujer poeta igual que al hombre poeta? No. Ni antes ni ahora. ¿Cuándo ha estado bien visto a lo largo de la historia que una mujer vaya de poeta o de artista, que se comporte como seductora poeta?
Hagamos anatomía poética para que surgan menos poetas de opereta.
Corren rumores, o mejor, se sabe que hay narradores falsos, músicos exhibicionistas y pintores avarientos, pero, me pregunto, ¿hay también poetas envidiosos y exclusivistas, que no permiten la entrada a otros en el club de los poetas? Como lectora reciente de poesía, y debo decir que entusiasta, he ido ojeando lo que vais publicando en el blog Pensión Ulises, y me parece intuir que no todo es como agua de mayo, es decir, bien recibido entre los poetas, y temo enviaros un poema mío. Quizá me atreva más adelante. Y ahora una pregunta que me inquieta, aunque parezca ingenua: se dice que hay conocidos novelistas y pintores que no son precisamente buena gente, ¿esto se puede aplicar también al mundo de la poesía? Quiero decir, ¿se puede ser mala persona y buen poeta? Me sabría mal que, a mi edad, se me rompiera ya el encanto de la poesía y de los poetas. Tengo fe en la poesía.
También escribo narrativa y estoy de acuerdo con lo que dice JAC sobre las “novelas de poetas”, escritas por poetas: que podrían formar un subgénero aparte dentro de la novela, puesto que los poetas, al narrar, hacen que se vuelvan “inestables” las constantes de una novela, resultando un artefacto literario “diferente”, como más heterodoxo, más libre en su forma, me parece. Una joven lectora
Vengo observando que algunos colaboradores de este blog exigen nuevas estéticas, nuevos modos de creación y ética artística, personal e incluso social. ¿No son tal vez muy exigentes con los pobres mortales, con los pobres poetas, novelistas, escultores, pintores...?
Cada uno hace lo que puede, al vivir y al escribir, y creo que es de una falsa pureza exigir a los demás que sean más auténticos de lo que es posible en una sociedad como la nuestra, donde impera la hipocresía social, literaria, poética, artística desde el comienzo de los tiempos sociales, literarios, poéticos, artísticos. ¿Debemos ser tan puros y auténticos como los pintores de Altamira o Lascaux, que sabían lo que se cuece a fuego lento en una cueva, pero ignoraban lo que se trama en cualquier cóctel o vernisage? Además, seguro que los artistas plásticos primitivos no eran tan puros y auténticos como nos gusta imaginar.
No seamos tan exigentes, por favor, y conformémonos con ser personas respetuosas, poetas que sientan lo que escriben, sin menospreciar la musicalidad de una buena rima, o novelistas que tengan cosas que decirnos (la forma es secundaria, importa el fondo, pero respetando introducción, nudo y desenlace de la historia narrada o avatar humano).
No queramos ser tan geniales, y respetemos un poco el espíritu del buen hacer de cada uno. Pienso que no estamos obligados a más si nuestras pinturas o poemas rezuman sinceridad.
Han muerto el escultor Jordi Benito y el novelista Francisco Casavella. Es Navidad y todos hablamos demasiado bien de todos, mucho más de los muertos, que ya no compiten con los vivos (es profecía y lo sabe todo el mundo, pero cabe alguna duda). ¿Quién recuerda la mano de Jordi Benito clavada a un piano, y a su perro "Manolete" corriendo por la Rambla en dirección al Mercado de la Boquería? ¿Quién ha leído la trilogía de Francisco Casavella (vecino del Poble Sec), El día del Watusi (unas dos mil páginas)?
En el mejor de los casos, los poetas leen a los poetas; los novelistas a los novelistas, y los pintores y los escultores no sabemos lo que hacen. ¿Es así? ¿Y qué lee la gente que no es poeta ni novelista ni escultor ni pintor ni...?
¿Hay que utilizar otras técnicas y recursos estéticos para sobrevivir y ser leídos en el siglo XXI? ¿Hay que morirse y vivir de otro modo en el recuerdo para que la sociedad sobreviviente sea más auténtica y hable por fin "mal" de uno, porque realmente lo ha conocido y sin embargo aprecia su obra?
Mujer de alta cuna se casa con un industrial que la abandona por otra una propietaria de un restaurante la cual a su vez pasado el tiempo matrimonia con otro industrial socio del primero que regresa al hogar con la mujer de alta cuna oh amor y ya los cuatro bienavenidos fundan una Empresa una Industria de Material Pesado entre otros materiales aviones de combate aparatos que suministran a crédito a los gobiernos del tercer mundo para que se defiendan de los abordajes de los piratas del mar posmodernos pero del tercer mundo también que secuestran los bienes propiedad del primer mundo en donde viven y se multiplican los dos matrimonios anteriores de cuya unión salió el fruto virgen de la Fabrica Defensora del Mundo esto es del primer mundo la Fábrica en cuya entrada brillan las letras de metal del siguiente cartel: A día de hoy seguimos dudando de la existencia de otros mundos, aparte del nuestro
Pasados los años la primera mujer se suicida y hay un conflicto por la herencia que se resuelve satisfactoriamente en la factoría gracias a la ayuda de una Comunidad de Huérfanos que aceptan mediar en el caso a cambio de la exclusiva sobre la ropa usada por todos los miembros de la familia implicada que preparan las maletas y otros enseres rumbo a un paraíso más exótico que el anterior
El segundo hombre dadas las circunstancias inestables o el estremecimiento de los intereses creados ingresa sin demasiada convicción en un partido político mientras su mujer hastiada insatisfecha de tanta vida elegante se disfraza de camarera por las noches con el asesoramiento inestimable de un macarra de barrio bajo que se finge de barrio alto con vocación de poeta neoclásico y escribe poemas rimados los fines de semana (accésit del Premio Adonais dicen algunos fingiendo premios donde no los hay sin duda cosas de los barrios venidos a menos o sea de los barrios bajos)
Del primer hombre en estado de viudedad nada se sabe por el momento, salvo que ha desaparecido dejando una nota de esperanza a su hermana farmacéutica
El segundo hombre ya en plena actividad política es asesinado en un callejón las piernas abiertas partidas en un charco de sangre bajo la luz de una farola en el mismo callejón donde su mujer colaboraba día sí día no como camarera principal del macarra poeta ocupado en la noche montando y dirigiendo espectáculos vivos de prostitución con la participación de clientes selectos en el escenario secreto del bar "Donde habita el deseo" al fondo de todo a mano derecha donde hay un falso picaporte dorado que se abre en forma de cola de sirena al ser pulsado
Después de algunas pesquisas -el poeta macarra es considerado sospechoso en un primer momento- detienen a un tercer hombre relacionado dicen con el asesinato del segundo hombrey con tales indicios cae en el olvido la vida y la muerte violenta del segundo hombre y su esposa la viuda que desaparece con el poeta macarra en busca de la felicidad bucólica
Pese a todo la Fábrica sigue funcionando a pleno rendimiento y los pedidos no dejan de aumentar dada la proliferación de los piratas del mar del tercer mundo que abordan al Primero sin ningún protocolo de etiqueta ni de civismo, como si el abordaje fuera en serio dicen los más pesimistas de los capitanes de yate
También corren rumores y se levantan sospechas sobre la verdadera afiliación y financiación de dichos piratas intrépidos y hay quien no duda en sugerir que podría haber infiltración interesada de los propios poderes del tercer y del primer mundo para distraer al personal aburrido de occidente con las aventuras exóticas de la miseria en el mar amenizadas con fallas y petardos de reconocida calidad y efectividad patrocinados a crédito con fondos de la comunidad internacional de occidente a través de la asociación "Donde el mar es de todos"... pero se trata sólo por el momento -si no de un bulo de grupos anarquistas- de una hipótesis de trabajo que necesita de mayor fundamento según todos los entendidos del primer mundo expertos en aventuras exóticas y flamígeras del tercer mundo
Por otro lado a día de hoy se ignora lo que sucede en el segundo mundo mientras todos temen en el primer mundo lo que puedan llegar a descubrir las memorias de la hermana farmacéutica sobre el asesinato del segundo hombre su hermano que al parecer tenía conexiones reales pero furtivas con el citado tercer hombre No se descarta un asunto amoroso como siempre
(Final abierto)
Un vagabundo contribuyente de la Pensión, que no recibe la Postal Navideña de los Reyes
Narrar con técnicas experimentales, posteriores a James Joyce, la historia de un vecino de la calle Robadors (en el centro del barriochino, junto al hotel de cinco estrellas de la Rambla del Raval), que ha estado luchando durante años, en solitario (también viviendo solo en todo el edificio) contra la injusticia de ser expropiado de la vivienda para construir nuevas viviendas destinadas a turistas o nativos con posibles (?) de la ciudad. Y aplicar el monólogo interior a sus declaraciones advirtiendo que seguirá con su lucha, desde otro piso (situado en la calle del Tigre, en el mismo barriochino) para que alguien, un día, pueda confiar aún en la Justicia, y así dar un ejemplo cívico a los gobiernos que han olvidado lo que es la vida en la calle y el ejemplo cívico.
Se suele utilizar la expresión «novela de poeta» para descalificar un subgénero narrativo que utiliza un lenguaje artificioso, retórico (no en el sentido clásico del ingenio, sino en el moderno del abuso) y pretencioso. Se utiliza la expresión «novela de poeta» pero, la verdad, yo no conozco ninguna novela escrita por un poeta que se ajuste a estas características. Siempre he tenido la intuición, sin embargo, de que existían las «novelas de poeta», aunque lejos del engrudo lingüístico. Siempre he creído que la formación del poeta le llevaba a escribir un tipo de novela que no se ajustaba con el modelo canónico establecido por las novelas de los novelistas (si es que puede hablarse en estos términos, de los que tampoco estoy muy seguro). Hasta ahora no había encontrado ninguna novela que me permitiera aclarar esta intuición. Hoy ya sé lo que caracteriza —en esencia— una novela de poeta. Por decirlo con dos palabras: es una narración «fosterianamente inestable».
Foster dejó bien inventariados los elementos de la narración que parecen inherentes a su existencia: narrador, punto de vista, espacio, tiempo, estructura, personajes... La diferencia entre una novela y una «novela de poeta» es que en la narrativa todos los elementos fosterianos conforman una decisión apriorística del escritor que afecta a toda la novela. Por muchos cambios de narrador, espaciotemporales, de personaje, estructurales que este idee, todos ellos se ajustan a una cohesión impecable (porque si peca, sabe que el crítico se lo va a recriminar), es decir, una cohesión fosterianamente estable.
La novela que me permite establecer el paradigma de la novela de poeta es Estiércol de león, publicada en 1980 por Manuel Mantero, y ahora reeditada en el volumen dos de sus Obras completas (rd editores, Sevilla, 2008). Esta novela contiene todas las características propias de una novela de poeta. La primera, está escrita en lenguaje narrativo; es decir, no es un poema en prosa, ni un remedo de sonoridades etílicas. Es una novela. Sobre eso no hay duda. Luego: «de poeta» ¿Por qué? Por la inestabilidad de los elementos constitutivos de la narración, cuya definición no depende de esta, sino de cada uno de los fragmentos que la constituyen. Se alterna, sin valor estructural, primera y tercera persona. El tiempo no respeta la comprensión de ninguna acción. El espacio se crea en cada fragmento. La estructura atiende más a lo connotativo que a la denotación de un planteamiento-conflicto-desenlace. Los personajes aparecen y desaparecen sin dar cuentas al lector. Y de los principales vamos obteniendo datos desordenados, dispersos, no acompasados por una acción determinante. El narrador crea un marco narrativo lo suficientemente amplio como para suscitar en el lector expectativas más amplias que las que exige la intriga. Y dentro de ese marco, el escritor se mueve por impulsos que, se adivina, proceden de la biografía, de la crítica social, de la expresión de sentimientos... y se van mezclando unos con otros, formando el cuerpo de una narración que no crece linealmente hasta un desenlace, sino verticalmente, hacia las simas del significado de la historia. A estas características, que Manuel Mantero ilustra de manera espléndida en Estiércol de león, se les puede denominar elementos fosterianamente inestables. Y esta es la verdadera razón de un subgénero narrativo aún por clarificar y clasificar que es, ahora dicho en sentido positivo, la «novela de poeta».
Para amenizar el baile con algo más que música, que dirían en el Siglo de las Luces
Algunos de los resultados más agradables se han obtenido ejerciendo la sabiduría y el ingenio sobre temas de poca importancia. Parece haber sido, en todas las épocas, orgullo del espíritu el demostrar cómo puede exaltar lo bajo y agrandar lo pequeño. No hablar de manera inadecuada de las cosas real y verdaderamente grandes, es no sólo tarea difícil sino desagradable; porque el autor se degrada a sus propios ojos al compararse con su tema, al que no puede esperar añadir nada de su imaginación: pero es un triunfo perpetuo de la fantasía expandir un asunto escaso, sacar ideas brillantes de propiedades obscuras y producir para el mundo un motivo de asombro al que la naturaleza contribuyó poco. A esta ambición, quizá, debamos las ranas de Homero, el mosquito y las abejas de Virgilio, la mariposa de Spencer, la sombra de Wouwero y el losange de Browne.*
Samuel Johnson, La vida de sir Thomas Browne (Ed. Siruela, Madrid, 1994)
* Nota del Filósofo Autodidacta: losange (figura de rombo) de Browne. Aquí Samuel Johnson hace referencia a la obra de Thomas Browne titulada: "El Jardín de Ciro o el losange quincuncial o la plantación en red de los antiguos, artificiosamente, naturalmente,místicamente considerada", y en la cual trata de la práctica de la horticultura desde el bíblico Huerto Sagrado hasta los tiempos de Ciro el Persa: época en que se plantó por vez primera una planta en cada uno de los cuatro extremos de un rombo y una quinta en el centro. Manera de plantar que Browne, sin embargo, considera muy anterior y que ya fue "practicada por los sembradores de hortalizas antes del Diluvio" (S. Johnson).
El Filósofo Autodidacta, también llamado "el pedante de la taberna"
Bajo el azul con los verdes menea menea la hoja Ardilla atrevida con cola de zorra Saltarina ligera y la viejecita camina como la barca fuera del mar con un vestido de margaritas Corre el chico de fuertes muslos tras de la mujer de cabeza erguida Corre una tarde desnuda El césped huele medio dormida El sol se derrama y la hormiga arrastra una rodaja de longaniza
Eva Bosch, Bajo el azul .............................................
(DULWICH PARK – LONDON (Catalan original)
Sota el blau amb els verds belluga belluga la fulla Esquirol atrevit amb cua de guilla Saltironet lleuger i la velleta camina com la barca fora el mar amb un vestit de margarides Corre el noi de les cuixes fortes darrera la dona capalta Corre una tarda nua La gespa s'olora mig adormida El sol s'escorre i la formiga arrossega una rodanxa de llonganissa
Esquema en la trad. de Manuel Sacristán de El Banquete
UNA NOTA, UNA PAUSA CLÁSICA ( COMO LA PAUSA DE PAUSANIAS, COMO DICE PLATÓN EN “EL BANQUETE”), PARA QUE DESCANSEN LOS MÁS ROCKEROS DEL CLUB DE LA PENSIÓN ULISES
Los poetas y los escritores poéticos han excedido a otros en este punto, esmerándose en avanzar las nociones egipcíacas de las arpías, de la fénix, de los grifos,y muchas otras. Y por más que el hacer uso de ficciones, apólogos y fábulas no sea injustificable, y el intento de esas invenciones* pueda apuntar a fines laudables, empero ofrecen los poetas a nuestras capacidades más jóvenes una frecuente ocasión de error, asentando impresiones en nuestras tiernas memorias que nuestros juicios más avanzados, en general, descuidan suprimir. De este modo, las vanas y ociosas ficciones de los gentiles (...), continúan aún en nuestros días, así como nuestras primeras aprehensiones de las letras por lo común se instruyen en autores que no tratan nada más: atestando nuestras memorias tornan pedantes nuestras invenciones, y en consecuencia no podemos evitar aludir a estas ficciones, dirigiéndonos a ellas como a las mayores elegancias, que en verdad no son sino frigideces del espíritu y no convienen al genio de nuestra educación liberal.
Thomas Browne
*Por ejemplo, el rock, diríamos hoy.
Bibliografía breve
Thomas Browne, Sobre errores vulgares o Pseudodoxia Epidemica(1646) (trad. D. Waissbein, Ed. Siruela, Marid, 1994). Samuel Johnson, La vida de sir Thomas Browne (1756). Benito Jerónimo Feijoo, Theatro Crítico Universal (1726), inspirándose seguramente en Thomas Browne. Jorge Luis Borges, trad. de un fragmento de Religio Medici , quien además escribe sobre Browne en Inquisiciones y lo cita en libros posteriores. Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, trad. de Hydriotaphia o Urnas sepulcrales (1944). Javier Marías, trad. de Religio Medici, Hydriotaphia y De los sueños (Ed. Alfaguara, Madrid, 1986).
El Filósofo Autodidacta, también llamado "el pedante de la taberna"
¿A que viene tanta "poesía en movimiento", como decía una canción? Hay que bailar siempre, aunque el reloj esté parado y no podamos bailar a su alrededor. O, como dice otra canción, ¿la vida no es un tango? ¿Que no nos mecen desde que nacemos y nos marean con tanta canción de cuna? Luego, ya de bebés somos ritmo. Después, de jóvenes, andamos siempre con las manos "buscando la cintura" de otros. Por tanto, más movimiento, con un ritmo de "baile que da pavor", dice Popotitos en otra canción. Y también de mayores, aunque en esa edad ya sabemos que el ritmo se complica y los pies comienzan a resbalar al ritmo de la lluvia. Pero no por ello dejaremos de bailar, cantando bajo la lluvia y esperando al Mago de Oz a que vuelva del viejo Cabaret. Y así hasta el último vals, danzad, danzad, malditos, entre Candilejas, pero con las zapatillas rojas de ayer, de hoy y de mañana, al compás del reloj.
Precisamente, querido Coyote del barrio de laMina, tal y como están las cosas, como tú dices; o mejor, tal y como están las cosas, los hombres y las mujeres: ¿no es acaso oportuno un tiempo de baile? ¿Por qué no bailar en medio del caos, como hacían nuestro ancestros, los seres primitivos, para alegrarnos y conjurar con nuestra alegría las crisis y angustias actuales, diseñadas con todo lujo de detalles por nuestros "Preclaros Gestores en la Mesa Ovalada bajo la Cúpula"? Recuerda aquello que decía el poeta José Hierro: Llegué por el dolor a laalegría.
Y si no recuerdo mal (ahora no sé dónde, en qué espacio de mi biblioteca se esconde la Biblia de mi madre, que siempre la abre al azar cuando vuelve del último fracaso con sus amantes -perdona esta intimidad)..., como te decía, si no recuerdo mal en los versículos del Eclesiastés también se habla de un Tiempo para lafelicidad, aunque es verdad que no se menciona expresamente "un tiempo de baile", como tú citas. Tampoco ahora voy a hojear a Marx, El capital, ni por supuesto el Manifiesto comunista, que no sé muy bien por qué citas. Además, te diré que hace ya un tiempo regalé estos dos libros al sindicalista oficial que frecuenta el bar en donde trabaja mi madre, por otro lado buen amigo de ella y mío pese a sus ideas dogmáticas en materia de revolución y consumo (el vino tinto, dice, es otro tema). Él quizá estaría de acuerdo contigo en materia de baile, es decir, poniendo en cuestión la posibilidad y la ética del baile en medio del caos, alrededor del tiempo o del reloj, como titulaba el pensionista Un fan sin blog, a quien criticas con el siguiente argumento interrogativo:
-¿Dadas las circunstancias, cabe hablar y proponer un tiempo de baile, como nos propone el pensionista Un fan sin blog, con espíritu navideño?
Como puedes ver, yo estoy a favor del baile, del ritmo, aun en las peores circunstancias (siempre que no nos partan las piernas antes de comenzar).
TEXTO CONMEMORATIVO de la edificación de una ciudad de laminado plástico, provista de central ordenadora de felicidad urbana electrosónica que conseguía para contrarrestar el efecto de un cielo muerto, sin pájaros, ni estrellas, ni enramadas, en el que no cabía ni el miedo ni el valor
(Fragmento)
PASEO EN OTOÑO POR UNA CIUDAD DE LAMINADO. UNA CIUDAD ESCALONADA Y BAJO TECHADO. POR SUS ESCALONES SÓLO SUBEN LAS MIRADAS. UN RITMO BLANCO CONDUCE A UN ESPACIO SIN ESTRELLAS. DESDE LOS POZOS SE HA FINGIDO QUE TODO SIGUE IGUAL. BOUTIQUE, CAFETERÍA, DORMITORIO, ESTAR, DESPACHO Y CUARTO DE BAÑO. PERO LAS LUCES DENUNCIAN QUE ALGO HA PASADO. EN LA CIUDAD SUBTERRÁNEA EL COLOR, LAS LUCES Y EL SONIDO CONDUCEN EL COMPORTAMIENTO. NI SIQUIERA HAY ANGUSTIA. SIMPLEMENTE UN DESEO INERTE, Y EN EL FONDO FELIZ, DE PASEAR EN OTOÑO POR UNA CIUDAD DE LAMINADO. ES OTOÑO. ES EVIDENTE. LA MÚSICA SE HA HUMEDECIDO Y DESDE LA CENTRAL, EL EQUIPO ASESOR SIQUIÁTRICO, HA MATIZADO LA INTENSIDAD DE LA LUZ.
Manuel Vázquez Montalbán, Manifiesto subnormal (Ed. Kairós, Barcelona, 1970)
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Nota del pensionista. Tal y como están las cosas, ¿es oportuno un tiempo de baile? Que yo recuerde en el Eclesiastés nada se dice sobre un "Tiempo de baile". Ni en El capital ni en el Manifiesto comunista se lo menciona. Pero dejando aparte estas no pequeñas omisiones, ¿cabe hablar y proponer un tiempo de baile, como nos propone el pensionista Un fan sin blog, con espíritu navideño?