lunes, 27 de febrero de 2023

LA MALDICIÓN

Foto: J.X. 


Ya no era aquel niño de “buen corazón”, como decía su madre a otras madres.

Ahora tenía el alma carbonizada por las maldiciones de la edad.

Sentía, la culpa, muy adentro, extendiéndose entera por todo el cuerpo, tocando, manoseando las puntas del alma, atravesándola.

La culpa frota aristas en las entrañas, con dureza, con más y más dureza -hasta que se carbonizan mutuamente con el roce, aristas y entrañas-, y la culpa se diluye a través de las venas, un fuego líquido, feroz, que envenena al cuerpo y lo consume de la cabeza a los pies, del corazón al corazón. 

La última esperanza, pues, era invocar una lluvia de sangre amorosa que le empapara a él y a su mala sombra. Sangre amorosa que cayera sobre la tierra abandonada, a cuyo abismo se precipitan las vendas rasgadas del amor envenenado, las vendas cortadas de las heridas mortales, jirones manchados de dolor arrojados al precipicio sin fondo. 

Amor envenenado que ya no está envuelto, vendado, y que al precipitarse desnudo, durante la caída al vacío, será lavado con sangre amorosa y aparecerá la ceniza de la flor, que permanecía enmascarada bajo la piel, incólume al veneno. 


miércoles, 22 de febrero de 2023

TRANSFIGURACIÓN

Foto: J.X.

Era su único modo de vida: transitar por la ausencia.

Después del amor a tiempo y del amor a destiempo, aquí, en ese tránsito por las sombras, caben los restos de todo el amor del mundo.

Era un modo de amor, ese constante cruzar a través de la ausencia..., ese tránsito de vivir postrado en la caída..., cerrando los ojos en la ceniza de las flores de la muerte, en la ceniza de la flor.

Preservar la ceniza de la flor, oculta bajo la piel. Preservarla, de manera que se confunda con la postrera ceniza del cuerpo y el alma.

Vivir el amor en aquella ausencia, en aquella muerte..., en la flor de ceniza oculta bajo la piel, cuyo perfume irá más allá de la muerte..., en la ceniza.

La ceniza de la flor, escondida bajo la piel..., perfumando la transfiguración última que se esparce en lo alto del vacío..., alejándose sobre el mar, hacia...

En su vida tenía un solo compromiso sagrado: acudir a la cita semanal de los sábados, por la mañana, a primera hora, con la novia muerta. Después de la cita pactada en secreto, debía cruzar la ausencia que se convertía en niebla entre las calles de arriba, para luego ir descendiendo, con la niebla, hasta las callejuelas de abajo, y adentrarse en el lugar recóndito donde acaba la ciudad y comienza el mar..., con la ceniza de la flor recogida por el viento y custodiada más allá del horizonte del mar, donde son lavadas con sangre sacrificial las deudas amorosas del cuerpo y el alma.

viernes, 17 de febrero de 2023

LAS FLORES DEL DOLOR

 Foto: J.X.

Nunca podría olvidar el dolor, aquel dolor, que no era su dolor, que no era su propio dolor, sino el dolor de otro ser, el dolor de ella.

Llevaba flores en los bolsillos que repartía entre las novias muertas que se le aparecían por las calles.

Una de ellas, entonaba una canción cuya letra evocaba, no sólo la pérdida de un amor, sino la historia de un amor extraviado, "perdido y extraviado", indicaba como para señalar una mayor perdición, o delirio amoroso.

Otra, se lamentaba del olvido en que los seres queridos tienen a las novias muertas, tanto, tanto, que ellas no pueden atravesar la distancia del olvido, no pueden resucitar en la memoria y volver a la vida.

Todo el amor del mundo cabe en la ceniza de una flor, si esa flor está bien escondida bajo la piel, de modo que pueda perdurar más allá de la muerte, como flor oculta bajo la piel, en la ceniza. Por eso, todo el amor del mundo cabe en una flor, en la ceniza de una flor -le susurraban al oído dos novias muertas, mientras lo acompañaban del brazo hasta la próxima esquina.

Todo nos destroza”, dijeron ambas al despedirnos en la esquina y darnos un beso en plena muerte, el cual tenía gusto a ceniza de flor en plena calle, amor de novia muerta oculto bajo la piel, en el escondrijo de ceniza de la flor.


sábado, 11 de febrero de 2023

EL DESAMOR DE UNA DESCONOCIDA

Foto: J.X. 

Sin deshojarlos, abre los pétalos que amarillean de una flor blanca arrojada al suelo por el viento, y deja a la vista los pétalos que la flor ocultaba, semejando ahora, de tan blancos, una flor recién cortada.

Convertida en flor nueva, la deposita en el vaso funerario del nicho de una desconocida. 

Desconocida, porque no vemos en la lápida ningún nombre, ningún apellido, ni fecha de nacimiento ni de defunción. 

La desconocida -según el escrito grabado en la lápida- enfermó de amor de los veinte a los cuarenta años. Un desamor tal, del que ya no pudo recuperarse. Todo ese tiempo (veinte años) sobrevivió aislada del mundo, sin apenas hablar con nadie -concluye el escrito.

Ante la falta de información sobre la identidad de la desconocida, sorprende, por el contrario, el dato tan preciso de la duración de la dolencia amorosa. Una enfermedad de amor que perduró dos décadas, de los veinte a los cuarenta años.  

Al pie de la citada nota, hay medio corazón grabado en blanco sobre el mármol oscuro de la lápida, en alusión simbólica al desamor incurable.

Esa mitad del corazón parece haber sido mordida.


viernes, 3 de febrero de 2023

LA CITA

 Foto: J.X.

Hoy es el día de la cita.

Nos hemos citado una vez más.

¿Qué nos diremos al encontrarnos de nuevo?

¿Nos besaremos al cruzar la puerta del jardín, o esperaremos a llegar a la callejuela poco iluminada?

Como siempre, he llegado con antelación, una media hora antes de lo previsto.

Pienso en ella y ya aparece. La veo avanzar por la plaza que da al jardín. Lleva un ramo de flores.

Nos abrazamos. Me da la mano y me conduce a otro lugar, a la sala de fiestas de un bosque, donde bailaremos entre los árboles.

Hoy baila más ligero, y el aire juega con su falda plisada, cuyos pliegues remontan el vuelo como alas de paloma.

Siento el peso de su brazo en mi hombro y me inclino a un lado. Pierdo el ritmo y ella sonríe y me apretuja, dando otro vuelo de paloma con su falda. Ahora aprieta con dulzura mi hombro inclinado.

Se le cae el dedo meñique. Lo recojo del suelo como un tesoro y lo restituyo en su mano, coronándola.

Aletean, bailan los pliegues de su falda, alas de paloma con una flor en el pico.

El bailarín, como si fuera un maniquí torturado en un sótano, arrastra los pies ensangrentados.

Ella le susurra: “Piensa en mí, y alza el vuelo como las alas de mi falda”.

Mientras bailan, la herida de un corazón hiere al otro, la doble herida agujerea la memoria y la sangre de ambos se derrama, gotea sobre dos almas extenuadas en el suelo, que ahora se incorporan al sentir encima el peso escurridizo de la sangre. Entre caídas y recaídas, intentan remontar el abismo desde un charco de dos sangres.




miércoles, 1 de febrero de 2023

CUANDO SE DESVANECE EL OLOR DE LAS FLORES

Foto: J.X. 

Si olvidar es la muerte, y recordar, también,

cuando faltan las palabras y se desvanece el olor de las flores, ¿qué otro modo hay de vivir o de morir?

¿Quererte en la muerte, viviéndolo?

SIN DECIR

Foto: J.X.

No la digas aún.

No digas la última palabra.

¿Palabra de vida? ¿Palabra de amor ¿Palabra de muerte?

No la digas, espera, no la digas todavía.

¿Por qué no decirla? ¿Acaso decirla no sería la vida, el amor, o la muerte?

Por si acaso, no digas aún la última palabra.

Y si no tienes ninguna palabra, ¿cuál será la última palabra? ¿Cuál es?

Espera..., sin decir.