lunes, 27 de enero de 2025

CON EL ALMA ENGANCHADA AL HUESO

 


Encontró un poema en el suelo y lo leyó.


Cuentan que, por vivir demasiado,

el cuerpo se le desgarraba.

En cuanto a las cosas del alma,

todavía peor:

al quedarse enganchada

entre las costillas, el alma

no podía fugarse, eludir la culpa

(siempre hay astillas de hueso,

rencorosas, que no olvidan

la causa del dolor:

te agarran y no te dejan pasar).

A partir de entonces,

con el cuerpo desgarrado

y el alma que seguía

prendida al hueso,

enganchada entre las costillas,

le era imposible amar

sin el dolor de la culpa.

Con el cuerpo arrastrándose así

y el alma tan enganchada al hueso,

¡no hay quién viva,

no hay quién muera en paz!,

exclamó alguien.


Tiempo después, el lector de este poema fue encontrado muerto en la calle, asesinado, con el pecho abierto a cuchillazos. Tenía el corazón arrancado. Un papel arrugado, sin nada escrito, había sido introducido entre sus costillas desolladas, astilladas. Empapado en sangre, nadie supo nunca qué significaba aquel papel arrugado, enganchado al hueso.  

Un perro vagabundo aullaba. 




domingo, 26 de enero de 2025

NO ES UN POEMA GÓTICO

Foto: J.X.

Al llegar a la cita,

no había nadie.

Tampoco esta vez.

Después de acudir

durante más de cinco años

al mismo lugar de la cita,

tampoco hoy había nadie.

Sin fe, pero alentado

por el empuje de la virtud

de unas manos sanadoras,

volvió al sitio en cuya celda

vivía recluido, soñando.

Allí, invocó de nuevo

al amor muerto

para concertar otra cita,

y esperó.

viernes, 24 de enero de 2025

"PON TU CABEZA EN MI HOMBRO"

Foto de la funda del disco: J.X.


Como voy cojeando,

hoy de un pie y mañana del otro,

y pasado mañana, quién sabe,

cojeando de ambos pies,

deja que apoye mi cabeza

en la sombra de tu hombro,

en la fortaleza de tu ausencia,

y que no tropiece aquí y allá

con el duro vacío de las calles.





Nota.

Pon tu cabeza en mi hombro.

Título de una canción que bailábamos en el Club Paul Anka, fundado en el almacén de un bar de la calle Mayor de Gracia, donde un hombre mayor, extranjero, marinero del Norte, según decía, intentaba seducir a un frágil adolescente invitándolo a unas copas de ginebra. Mientras tanto, al fondo del bar, todas las chicas y los chicos bailaban como rebeldes sin causa, y se iban enamorando con un amor quebradizo, efímero, sin aquel tú eres mi destino, a pesar de la canción.


jueves, 23 de enero de 2025

EL LUGAR VACÍO

 Foto: J.X.

La desesperación de no encontrarla, 

la enfermedad mortal de no verla

al doblar una esquina.

No estaba siquiera

a la sombra de un ciprés, ningún día.

Lugar adonde antes, con puntualidad,

acudía sin falta.

Y donde se abrazaban una vez más

para despedirse para siempre,

por si acaso mañana

no pudieran encontrarse

en el mismo lugar:

ella con las manos abiertas,

él, cubriéndolas de flores.

Los que sospecharon la historia

de aquellas citas desesperadas

a la sombra de un ciprés,

dicen que aquel lugar,

aquel sitio hoy tan vacío,

huele siempre a flor renacida.






miércoles, 22 de enero de 2025

PLEGARIA DE UN VAGABUNDO

Foto: J.X.

“Los seres humanos son espectros. Los espectros no tienen alma, y, por eso mismo, me han condenado a vagabundear, enfermo, por las calles de una ciudad cualquiera, hasta perder cuerpo y alma.


Palabras de un vagabundo, repetidas salmodiando.

martes, 21 de enero de 2025

JUGANDO A PILLAR


 

Como jugando a pillar, ¿recuerdas?

La muerte me pillará escribiendo,

escribiéndote.



Ilustración: Del libro neerlandés Jongensspelen (Juegos de niños), 1863. (Wikipedia)



sábado, 18 de enero de 2025

AL OTRO LADO DE LA LUZ

 Foto: J.X. 

Si, desde la muerte,

fundimos tu memoria

con la mía, que sigue aquí,

mal viviendo,

tal vez sea posible hablar de lo pendiente...,

no, otro poema, no...,

sino de aquello que, sin poesía,

faltaba por decir.

Aquella enfermedad de amor,

que tenía espinas de rosal en el cuerpo,

era, además, cada día que pasaba,

una alucinación, una enfermedad del alma.

Al haber llegado hasta aquí,

traspasado cuerpo y alma con espinas,

ya no basta con nombrarte,

ni basta con hablarte a solas,

ni bastan tampoco las flores.

Todo es ausencia, todo es silencio.

Cómo vivir,

con tanta ausencia,

con tanto silencio,

con tantos muertos dentro.

Cortada la flor, debemos escaparnos,

desaparecer juntos los dos,

confundir a la muerte

queriéndonos en lo oculto,

sin más palabras,

con la memoria cicatrizada

al otro lado del bosque,

desaparecidos para siempre,

al otro lado de la luz.