Viñeta: El Roto (elpais.com)
No
hay vida independiente en el mundo, y es verdad. Todo depende de
todo, todos dependemos de todo, comenta el politólogo en el bar.
Pero
el problema, o conflicto, surge cuando el dependiente poderoso, en
nombre de un absoluto, se apodera del espacio de la dependencia del
débil para fortalecerse, tener más espacio y ser menos dependiente.
Por consiguiente, adquirirá, de alguna manera, más espacio, más
independencia de movimiento respecto al otro, que será
más dependiente dentro de todas las dependencias del mundo
-argumenta la vidente del barrio.
¡Menos
parloteo de espacios y más cumplir las leyes, aunque no gusten!,
advierte la cuñada del dentista.
Así debe ser, ¡como en el colectivo del taxi!, advierte la vecina taxista.
Así debe ser, ¡como en el colectivo del taxi!, advierte la vecina taxista.
En
esta vida todo depende del más fuerte, y ya sabemos que la unión de
los débiles no siempre hace la fuerza, como recordaba mi abuelo,
apunta la nieta del anarquista.
De
todos modos, los débiles resistiremos con un cerveza en la mano, no
para arrojarla a la cabeza del otro, sino para beberla con humor y
brindar por el futuro, con esperanza, replica el humorista.
La
dueña del bar calla, no dice nada, y el pequeño espacio del bar se
llena de abucheos, aplausos, silbidos, pitos y flautas.
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