La
sobrina de la peluquera, muy activista, se sube a una silla del bar
del barrio y dice su pregón, entre la Fiesta Mayor de Gràcia y la
Fiesta Mayor de Sants:
“¿Tan grande es el descrédito de Dios que
los viejos y los nuevos ultraconservadores, católicos, unionistas y
salvapatrias, confunden ya el pesebre con las urnas y declaran
jornada electoral el 25 de Diciembre, Natividad del Señor, y esperan
en la urna-pesebre la adoración de los tres Reyes Magos con su
cargamento de oro, incienso y mirra?”
La
nieta del anarquista se sube a otra silla y añade su pregón:
“Como hubiera dicho mi abuelo, nacido en la Barceloneta: Queridas y
queridos, no hay aquí contradicción alguna. Tal despropósito
aparente -hacer trabajar electoralmente en Navidad-, es del todo
coherente con los principios en conserva de los católicos
neocon(servadores) de la Gran Industria Conservera de la Falsa
Navidad (enlatada con la máxima responsabilidad y seguridad,
utilizando sólo conservantes beneficiosos para la salud moral de
nuestros ciudadanos y ciudadanas, devotamente consumistas, y que
saben tanto de vinos y carnes bendecidas, como de postres y sobres
blancos sellados con pecado.”
Aplausos,
silbidos, y un turista con gabardina tomando nota (¿en verano, con
gabardina?). Todo es posible en el barrio.
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