Si en estos cruceros del
Harmony es posible casarse y celebrar los banquetes más lujosos...,
si es posible comer, beber y comprar lo más caro del mundo..., si es
posible deslizarse en toboganes kilométricos hasta piscinas
infinitas..., si es posible vivir y jugar hasta arruinarte y morir de
felicidad, ¿dispondrán también de tanatorios de lujo?, pregunta el politólogo del barrio.
Mientras unos viajan por el mar a todo lujo, con tanatorio incluido, otros naufragan y se ahogan en el mar, dice la sobrina de la peluquera.
¿Lo del tanatorio marítimo no será una leyenda urbana divulgada por Sergi Pàmies?, pregunta la hermana del informático.
Mujer, si haces un crucero y te mueres, los demás no tienen la culpa y no vamos a suspender el crucero de vacaciones en el mar, contesta la cuñada del dentista.
Una buen tanatorio legal, con todas las comodidades y servicios sanitarios asegurados para vivos y muertos, no sería una mala oferta para este verano, indica la fiscal del barrio.
Seguro que mi madre y su último novio poeta se apuntan (pagando ella, claro), bromea la hija de la biblioteca.
¡Niña, que yo no soy novio de nadie, pero, en tanto que poeta, bien puedo sufragarme los gastos de un crucero a Panamá o a ninguna parte!, exclama el poeta romántico del barrio.
No sea tan susceptible, hombre, que la chica no se refería al patrimonio oculto de los poetas, apunta la hermana del informático, riendo.
¿Se imaginan unas vacaciones en una isla libre de impuestos, en un paraíso fiscal?, pregunta la dueña del bar.
De haberlas, haylas, sentencia la vidente del barrio.
Unas vacaciones en el mar, tomando el sol, bailando y jugando por la noche en el casino hasta morir de fatiga o arruinado, y ser depositado en el tanatorio marítimo del barco, con todo lujo de comodidades, a la espera de llegar a buen puerto y ser trasladado al cementerio de un paraíso fiscal: ésta sería una buena promoción turística para el 2016, dice la nieta del anarquista.
¡Niña, no pongas barricadas en el Parlament, digo, en el turismo!, exclama la cuñada del dentista.
¡Por si acaso, seré marinero en tierra y leeré a Julio Verne!, apunta el humorista.
1 comentario:
Mariarosa Compta
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Mariasun Marti Moragues
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Blai Espinet
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Eva Gaudes
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