Foto: www.cult-turist.ru, Basílica de la Mercè
Hoy, 1 de mayo, he dado
una vuelta por las iglesias del barrio Gótico de Barcelona, en las
que a menudo suelo entrar y sentarme un buen rato en busca de cierta
tranquilidad, para contrarrestar el jaleo, el jolgorio turístico que
hay afuera.
Eran las 12 de mediodía, hora de misas solemnes en
otro tiempo, y quería entrar en la Iglesia del Pi, pero me han dicho
que había que pagar entrada porque a esa hora hay visita
turística.
En la Catedral lo mismo, pero más tarde
(de 13h a 17.30, con entrada-donativo, dice un anuncio).
En Santa María del Mar (que no es catedral, como dice una novela, sino basílica), hay también visitas guiadas para subir a las terrazas recién restauradas, a 8 euros.
En la Basílica de la Mercè, donde se casó la infanta y donde el Barça ofrendaba sus copas hace unos años, no hay visitas guiadas de momento. La virgen que corona la iglesia es de una gran belleza, con una cola de pliegues alados, sobrevolando la ciudad.
En las iglesias pobres, económicamente débiles, como la de Sant Jaume (si no fuera por las "Hermanitas del Cordero", ya estaría cerrada), la de Sant Just i Pastor (hay que pagar para que se iluminen unos cimientos antiguos), la de Santa Anna, la de Sant Felip Neri y la de Betlem (estas dos últimas quizá las más pobres), se puede entrar a cualquier hora, haya misa o no, siempre que las puertas estén abiertas por algún sacerdote o voluntario, o por las ya citadas e infatigables monjas de "Hermanitas del Cordero", que van de un lado a otro y, por cierto, cantan divinamente, creando magníficas polifonías con sus voces, acompañadas a veces por una monja violinista.
¿Pero tantas iglesias hay en el barrio Gótico de Barcelona?, pregunta un turista.
Sí, y no hemos contado todas las de Ciutat Vella, como la iglesia románica de Sant Pau del Camp, en el Raval, ni las de la Barceloneta y Poble Sec. Una buena cantidad de iglesias, en cuyos centros parroquiales hemos estudiado el catecismo, hemos visto películas de Charlot y del Gordo y el Flaco y hemos jugado a ping-pong o tenis de mesa, como dicen ahora.
Aunque hay menos iglesias que hoteles, apartamentos turísticos y bares, que dan pingües beneficios a unos cuantos bolsillos, y salario mínimo y trabajo a destajo a otros muchos..., sí, "los vecinos ya lo sabemos y lo soportamos como podemos", dice una vecina que ya no va a comprar al Mercado de la Boquería, "porque está invadido de masas de turistas y bares".
En Santa María del Mar (que no es catedral, como dice una novela, sino basílica), hay también visitas guiadas para subir a las terrazas recién restauradas, a 8 euros.
En la Basílica de la Mercè, donde se casó la infanta y donde el Barça ofrendaba sus copas hace unos años, no hay visitas guiadas de momento. La virgen que corona la iglesia es de una gran belleza, con una cola de pliegues alados, sobrevolando la ciudad.
En las iglesias pobres, económicamente débiles, como la de Sant Jaume (si no fuera por las "Hermanitas del Cordero", ya estaría cerrada), la de Sant Just i Pastor (hay que pagar para que se iluminen unos cimientos antiguos), la de Santa Anna, la de Sant Felip Neri y la de Betlem (estas dos últimas quizá las más pobres), se puede entrar a cualquier hora, haya misa o no, siempre que las puertas estén abiertas por algún sacerdote o voluntario, o por las ya citadas e infatigables monjas de "Hermanitas del Cordero", que van de un lado a otro y, por cierto, cantan divinamente, creando magníficas polifonías con sus voces, acompañadas a veces por una monja violinista.
¿Pero tantas iglesias hay en el barrio Gótico de Barcelona?, pregunta un turista.
Sí, y no hemos contado todas las de Ciutat Vella, como la iglesia románica de Sant Pau del Camp, en el Raval, ni las de la Barceloneta y Poble Sec. Una buena cantidad de iglesias, en cuyos centros parroquiales hemos estudiado el catecismo, hemos visto películas de Charlot y del Gordo y el Flaco y hemos jugado a ping-pong o tenis de mesa, como dicen ahora.
Aunque hay menos iglesias que hoteles, apartamentos turísticos y bares, que dan pingües beneficios a unos cuantos bolsillos, y salario mínimo y trabajo a destajo a otros muchos..., sí, "los vecinos ya lo sabemos y lo soportamos como podemos", dice una vecina que ya no va a comprar al Mercado de la Boquería, "porque está invadido de masas de turistas y bares".
2 comentarios:
Angels Pal: Ya hace mucho tiempo que se cobran entradas, en todas las que has nombrado . Y paz ninguna . Gracias .
1 · 21 h
Jesús Aumatell Molas
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Mariarosa Compta
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M Cinta Montagut Sancho
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