LA BROMA, EL TELÉFONO, KUNDERA, LA RANA Y LA LAGARTIJA

En contra de lo que afirmaba aquel líder del PP, "se acabó la broma", ¡sigue en marcha la broma catalana!, exclama la hermana del informático, vean y escuchen, escuchen: La falsa llamada de Carles Puigdemont a Mariano Rajoy | ZelebTV.es.

Menudo chasco el falso telefonazo del president Puigdemont al presidente en funciones Rajoy, dice la sobrina de la peluquera.

Una llamada de muy mala educación de esos jovencitos periodistas de Radio Flaixbac, ya lo pregona el mismo título de su programa: "El Matí i la mare que el va parir". Con esto basta y queda todo dicho, afirma la cuñada del dentista. 

Todo es desacato y falta de respeto a las autoridades, aunque estén en funciones, advierte la fiscal del barrio (que no es fiscal de oficio o en funciones, sino fiscalizante popular del barrio, indica por si acaso el politólogo, como prevención y censura previa).

El auténtico Rajoy le comenta  al falso Puigdemont que tiene la agenda vacía, muy libre, y que pueden verse en veinticuatro horas, ¡como un novio desesperado!, ah, el vacío y la soledad del poder en horas bajas, bromea la hija de la bibliotecaria.

Creo que esta mañana los bromistas centrales de la COPE no han comentado la broma periférica, o el efecto boomerang de la broma, explica el humorista del barrio.

Ah, ¿dónde aquellos satíricos del Siglo de Oro, dónde los quevedescos y gongorinos, los lopistas y los viajes pagados al Parnaso cervantino?, pregunta cantando el poeta romántico.

Bueno, en la "La Vanguardia" (mi marido es suscriptor desde los tiempos de "La Vanguardia Española") me encantan las grandes Sabatinas del satírico Gregorio Morán, cuenta la cuñada del dentista.

Sí, yo también lo leo a veces, pero siempre está enfadado, como muy enfadado, a la caza obsesiva de "reinetes" (ranas layetanas) y "sargantanes de les Pitiüses" (lagartija balear), como Nabokov con las mariposas: "Està enfadat, no?, com molt enfadat, oi?", como le preguntaba Puigdemont a Rabell, comenta la nieta del anarquista.

Pobre Rajoy, ¡mas no tengamos melancolía y venga un vermut, que así es la política, hoy por ti y mañana por mí y pasado mañana también por mí!, añade la dueña del bar, como si fuera el humorista.