LA NOVELA DE UNA NOVELA DE UNA NOVELA

En la novela de Flann O'Brien, En Nadar-dos-pájaros (cuyo título extraño, nos dice el prologuista Eamon Butterfield, corresponde a la traducción literal de un topónimo gaélico de un lugar situado en el centro de Irlanda, Snámh-dá-én), el personaje principal escribe una novela sobre un personaje que escribe otra novela, en la cual hay dos personajes, una mujer y un hombre, que el autor quiere que sean personas marginadas y que lleven una mala vida. Pero cuando el autor duerme, los dos personajes salen de la novela y nos revelan que no quieren llevar mala vida, que esa mala vida es la que les impone el autor, y que se escapan de la novela siempre que pueden. De modo, pues, que son dos persona normales y corrientes que, con el tiempo, se hacen novios sin que el autor lo sepa, y pasean juntos por el bosque cuando el autor se adormece y no controla ya la vida de los sus personajes. 

Al final, esos dos personajes, aprovechando un sueño largo y profundo del autor, de ese tercer novelista, viajan hasta una localidad próxima, se casan y abren una tienda de dulces. Aunque, eso sí, deberán regresar pronto a la novela, a la mala vida, antes de que despierte el autor y descubra su ausencia, su otra vida. Así vivirán, yendo y viniendo de la novela a la tienda y de la tienda y su vida feliz a la novela y su mala vida. Sin embargo, deciden contratar a una dependienta para que se cuide de la tienda cuando ellos deban volver y someterse a la maldita trama de la novela que les hace llevar mala vida. 

Novela de la novela de la novela. Tres novelas, pues, en una sola, más la incorporación de leyendas gaélicas. En las tres prevalece la ironía, el sentido del humor, como dijo James Joyce: "He aquí un auténtico escritor con auténtico espíritu cómico. Un libro realmente divertido". Es de lectura fácil, aunque la trama sea un poco laberíntica por la coexistencia de las tres novelas y sus personajes paralelos.