"EL BARRIO SIGUE EN LUCHA", COMENTAN EN EL BAR

Fotografía: el periodico.com

Vecinos de la Barceloneta exigen a Trias que lidere la crisis (lavanguardia.com)

La cosa está al rojo vivo, no sólo en la Barceloneta, sino también en otros barrios de Barcelona, dice un vecino que ha asistido a la manifestación contra el turismo incívico.

Turismo de borrachera, meada y grito!, exclama una vecina.

Esto es la rebelión de la ciudadanía, a escala de barrio, dice otra vecina, más joven.

Los políticos han consentido que llegáramos a este desbarajuste social, comenta la nieta del anarquista.

Vaya políticos, no hay quién los aguante!, exclama la dueña del bar.

Los del PP son diferentes, más caballeros y más honrados, opina la cuñada del dentista.

Ya, serán los de las tres provincias españolas, como diría Ud.: Valencia, las Baleares y Bárcenas, ¿no?, donde de noche todos los gatos del PP son pardos, responde la sobrina de la peluquera.

Hagan broma, bromeen todo lo que quieran, dice la cuñada del dentista. En el Parlamento español se prepara una de buena, con el ministro Montoro al frente mostrando las vergüenzas del infame expresidente Pujol y familia, así como la corrupción política general en toda Catalunya. Y en este caso, con la ayuda del PSOE, que cuando es necesario responde siempre por el bien de la sagrada unidad española. Que todo esto sea un ejemplo purificador para el bien de toda España, señores.

Esperemos que lo hagan realmente bien, comenta el politólogo, y que acuerden también llevar un día al Parlamento las alfombras de la Corona, y de los reinos de Valencia, Mallorca y los califatos de Andalucía, y, claro, que no se olviden de levantarlas una vez dentro del Parlamento. Sólo así, levantando bien todas la alfombras se limpiará el polvo acumulado debajo.

Los políticos, esos profesionales distinguidos, convertidos en barrenderos y limpiadores de alfombras, lo nunca visto, señores, esto será más divertido que el Circo donde trabajo!, exclama riendo el humorista del barrio.

Menos guasa y más consumición, pero cívica, una consumición cívica!, advierte la dueña del bar. Que aquí no queremos gamberradas ni botellones turísticos ni nacionales!, añade.