CUANDO LAS VIEJAS TIENDAS DESAPARECEN (Cónica sentimental)

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En el Barrio Gótico acaba de cerrar la Juguetería Montforte, a la que le pedían un alquiler de 6.000 euros, parece increíble, pero es verdad, y están amenazadas de cierre la Bombonería Fargas, la Filatelia Monge, la librería Documenta, etc., que se sumarán a todas las tiendas clásicas que han ido cerrando en estos últimos años y que daban una personalidad única al barrio más antiguo de Barcelona. Ahora, como es el barrio más turístico, en su lugar se instalan tiendas para turistas y otros negocios más fantasmas y blanqueadores, comentan en las asociaciones de vecinos.

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Una a una van desapareciendo las viejas tiendas devoradas por la insaciabilidad del mercado. 

Ya no podemos ir al colmado de antes, con sus frutas y latas de todos los colores; alhorno, a la panadería, donde nos despachaban el pan de cada día; a la granja, a la lechería, con sus natas y natillas, chocolate deshecho, pastas, yogures.

Los Reyes Magos ya no podrán ir a las juguetería a buscar nuestros juguetes de cada año. Tampoco podremos ir a la pastelería el Domingo de Pascua o por San Juan. Todo esto ya pasó, ocurrió cuando éramos niños y creíamos que nadie había muerto, confiábamos en las personas mayores y no mirábamos los ingredientes de los bombones o de los helados.

Lo niños de ahora ya no verán aquellas tiendas y seremos nosotros, sus padres, sus tíos, las personas mayores, unos más que otros, quienes las habremos destruido. 

¿Evolución, destrucción, vida moderna, todo moda, turismo y servidumbre? ¿No será el vacío, mucho ruido, pocas nueces y el vacío? ¿Cual será nuestro legado? Una herencia hipotecada, envenenada. Destrucción.