jueves, 31 de mayo de 2012
OTRAS VACACIONES SON POSIBLES
El vecino más agustiado del barrio, antes de irse de vacaciones, dice que llama a tantas agencias de viajes y hoteles, para comparar precios y comodidades de aviones, trenes, autocares y alojamientos, que al cabo de pocos días de investigación turística se siente ya exhausto, lleno de angustia mortal. Entonces, pide con urgencia que le reserven ya cualquier medio de transporte y cuaquier habitación disponible, y que se lo carguen cuanto antes en su cuenta bancaria.
Al día siguiente, sin embargo, piensa que lo primero es vivir en sosiego, soñando en lo que uno quiera, sin imposiciones de paisajes ni comidas extrañas. Domir en casa, en un espacio que uno ya conoce, confiadamente, sin sorpresas ni malos encuentros, eso sí que es un placer, se dice, en vez de viajar angustiado por lugares desconocidos donde nada se te ha perdido.
Así pues, decide que lo mejor es no viajar y pasar las vacaciones en casa, sin angustia alguna, y además con la conciencia tranquila por haber pagado ya los gastos del viaje que no piensa hacer, felizmente.
El suplente del cronista
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