viernes, 4 de mayo de 2012
EL PAÍS QUE NUNCA EXISTIÓ
Cuenta la leyenda que hubo en otro tiempo un país que, para dar ejemplo a sus habitantes, decidieron sus gobiernos, grupos financieros y fuerzas armadas rebajar al mínimo, más de la mitad, sus gastos, nóminas y privilegios, y que los partidos políticos, sindicatos, iglesia, medios de comunicación y otros poderes devolvieron las subvenciones públicas y fueron realmente independientes.
Y llegó el día en que el resto de la población que ganaba más pedía siempre mayores prestaciones sociales (sanidad, enseñanza, transporte público, etc.), no para sí mismos, sino para los que ganaban menos. Y dicen que fue un país próspero y pacífico.
Pero también dicen los más viejos del lugar que ese país ya no existe y que tal vez, pese a la leyenda, nunca existió, pero que, de todos modos, no deja de ser una leyenda ejemplar.
El suplente del cronista
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7 comentarios:
Cuidado, nuevo refrán: quien mucho anda, pronto cojea.
Menos crítica y más pragmatismo.
Esos anarquistas...
Palabras, palabras, palabras, siempre palabras y poca acción.
¿De qué pie cojea "el suplente del cronista"?
Se rumorea en medios poéticos que cojea desde su infancia, por saltar mal de una silla al suelo. Cosas de las malas torceduras, que luego se complican...
Silvia Rins Salazar, Nieves Escribano y 7 personas más les gusta esto.
Luis Nadal: Roberto Calasso también nos cuenta la leyenda, o no, de una civilización africana que elegía a su soberano entre los habitantes, el elegido no podía rehusar el cargo pero a cambio, tenía poder absoluto.
Luis Nadal: Periódicamente se consultaban los astros que era un formulismo para decidir si la gestión del monarca era correcta o no.
Luis Nadal: Si la gestión era del agrado del pueblo, se mantenía en el trono.
Luis Nadal Si los astros indicaban lo contrario, era ejecutado.
Luis Nadal: Creo que esta civilización tenía un gran conocimiento de la naturaleza humana.
Mery Sananes: Yo debo ser la ingenua de este barrio que con tanto afecto me acogió. Y en cuyas conversas voy construyendo ese país que nunca existió. ¿Y acaso imaginarlo ya no es una existencia? ¿Acaso entre estas calles y en las ventanas de los aquí andamos ya no rigen ciertos hábitos, costumbres, afectos, procederes que tienen como único rumbo una convivencia sin violencias e imposiciones? ¿Y eso acaso no es hacer que exista el país que no existe?
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